Te aseguro que el maltratador es clara y plenamente consciente de todos sus actos, los cuales, planifica y estudia pormenorizadamente con cálculo, premeditación y frialdad y sin prisa por llevarlo a cabo. Su comportamiento no es producto de un arrebato ni de un mal momento, sino que es algo como digo estudiado, planificado, con intención y con un mensaje corrector: "Te castigo para que aprendas, y me obedezcas...."
PESTAÑAS
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- ¿POR QUÉ SE LLAMA VIOLENCIA DE GÉNERO?
- IDENTIFICAR EL MALTRATO
- COMO VÍCTIMA, LO QUE SI Y LO QUE NO DEBES HACER
- SALIR DE UNA RELACIÓN DE MALTRATO
- IDENTIFICAR A UNA MUJER MALTRATADA
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- CÓMO AYUDAR A UNA MUJER VÍCTIMA
- PREGUNTAS DE LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
- VÍCTIMAS QUE REPITEN CON OTROS MALTRATADORES
- ¿DEBO PERDONAR A MI MALTRATADOR?
domingo, octubre 20, 2024
¿EL MALTRATADOR ES CONSCIENTE DE SUS ACTOS?
lunes, octubre 14, 2024
viernes, septiembre 20, 2024
viernes, septiembre 13, 2024
LAS PREGUNTAS DE LAS MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Las mujeres víctimas, sin excepción siente una grandísima confusión mental hasta el punto de que frecuentemente creen estar volviéndose loca. Y es que no puede ser de otra manera: están viviendo una historia de amor (al menos eso cree ella) con su enemigo (pero ella no lo sabe). Esta situación las llevan a perder totalmente la perspectiva de la relación y las dudas y las preguntas le golpean la mente insistentemente. Ya no comprenden la diferencia entre respetar y no respetar, entre amar y sacrificarse, entre entregarse y humillarse.
miércoles, septiembre 11, 2024
sábado, septiembre 07, 2024
LA MEDIACIÓN EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO
SALIR DE UNA RELACIÓN DE MALOS TRATOS
A pesar de que la mediación es una forma de solucionar problemas, de aplicación en casi todos los conflictos humanos, en situaciones de violencia de género es la propia ley quien no permite la negociación/mediación, Artº 44.5 Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género
Al tratarse de una
relación de desequilibrio, de poder y sumisión entre maltratador y víctima, es complicado
determinar cuando hay voluntariedad real e intención de llegar a acuerdos
válidos.
Una
negociación/mediación en una situación de desigualdad, de dependencia, con
amenazas y coerción parte de un desequilibrio que siempre juega en contra de
las víctimas y favorece a los agresores.
Para mediar, ha de
partirse de una situación de igualdad que no existe en las parejas afectadas por
este tipo de violencia.
lunes, agosto 05, 2024
CREO QUE SOY VÍCTIMA DE MALOS TRATOS
COMO
VÍCTIMA lo que SÍ se debe hacer en todos los casos
- Terminar con una relación de malos tratos, pasa, necesariamente, por cortar radicalmente todo contacto con el agresor. Cualquier otra opción supone poner en riesgo la integridad física y/o psicológica. En cuanto sea posible, contacto cero: ninguna comunicación por ningún medio, ni directo, ni indirecto, aunque ello suponga la pérdida del contacto con terceras personas y/o cosas o incluso cambios sustanciales en el modo de vida. Cambiar número de teléfono, e-mail y variar todo rastro en las redes sociales. No es suficiente con que la víctima “borre” al agresor de su vida; es necesario que ella se “borre” de la vida del agresor. Evitar que le llegue cualquier información por simple e insignificante que nos parezca.
- La ruptura con el agresor puede resultar compleja. No hay que dudar en buscar la ayuda necesaria en el entorno más cercano y de confianza. Recuerda que el aislamiento de la mujer favorece al maltratador.
- Si es posible, conservar alguna prueba testifical de la amenaza, agresión física o verbal (foto, e-mail, texto de wasap, grabación en el móvil, etc.) por si fuera necesario denunciar.
- Si hubiera maltrato físico y/o sexual y/o cuadros de ansiedad, acudir de inmediato a un centro de urgencias para recibir atención médica y pedir el parte de lesiones.
- La violencia de género es un delito penal. Tanto la víctima como cualquier testigo están legitimados a presentar la correspondiente denuncia de los hechos ante la Policía Nacional o Guardia Civil y pedir orden de protección.
COMO VÍCTIMA, lo que NO se debe hacer en ningún caso
- Actuar en nombre del amor. Pensar que el amor no tiene límites; que el amor lo puede y lo justifica todo.
- Creer que la única salida al maltrato es la aceptación, la resignación o el silencio.
- Perdonar los actos ofensivos, humillantes y/o violentos de nuestra pareja y volver a empezar.
- Tratar de cambiar el comportamiento del maltratador y tratar de ayudarlo a solucionar los conflictos internos que dice tener.
- Minimizar el riesgo.
- Buscar ayuda para “salvar la relación”, obviando el carácter delictivo de los hechos.
- Creer sus justificaciones y confiar en sus repetidas y renovadas promesas de cambio. El arrepentimiento y los intentos de reconciliación forman parte de la espiral del maltrato.
- Tener una cita a solas con él para informarle y/o explicarle la intención de dejar la relación y pretender quedar como amigos. (Esto representa una señal especial de peligro).
- Enfrentarse al maltratador
DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO
jueves, julio 25, 2024
TELÉFONO 016
El Ministerio de Igualdad, por medio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, presta el Servicio telefónico de información, de asesoramiento jurídico y de atención psicosocial inmediata por personal especializado a todas las formas de violencia contra las mujeres, a través del número telefónico de marcación abreviada 016; por WhatsApp en el número 600 000 016; a través de un chat online en la página web de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y por correo electrónico al servicio 016 online: 016-online@igualdad.gob.es.
domingo, junio 30, 2024
EL CICLO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y SUS CONSECUENCIAS
Aunque la agresión física, sea el aspecto mas visible y relevante, esta no es mas que otro eslabón más de la cadena de maltrato. Pero hay mucho más. Lo explica muy bien la teoría del “Ciclo de la violencia de género” formulada por la psicóloga norteamericana Eleonor Walker en 1979. Es muy útil para entender el desarrollo de la violencia y sus consecuencias. Del mismo modo, nos ayuda a comprender el comportamiento de algunas víctimas así como la vuelta de esta con el maltratador.
Este ciclo se da prácticamente en la totalidad de los casos y comprende las siguientes fases:
Primera fase denominada de acumulación de tensión. Se caracteriza porque la relación se va volviendo tensa y hostil de forma progresiva. El agresor va “calentando” el ambiente mediante conductas amenazantes y desestabilizadoras, enfados por nada, silencios inexplicables… La víctima que normalmente “lo ve venir” va acumulando ansiedad porque absolutamente todas las medidas dirigidas a cambiar la situación son ineficaces.
Esta fase es de duración variable. Puede durar apenas unas horas o bien dilatarse durante meses, hasta que el agresor considera llegado el momento adecuado para actuar.
A esta, le sigue una segunda fase, la explosión. Aquí el agresor, una vez más, ha elegido premeditadamente el lugar, el momento y los medios. Es la fase más conocida, porque es la más visible, solapando lo previo y lo posterior que juntos, forman parte de un ciclo.
La explosión es el episodio de violencia muy aguda. Es la ira en estado puro. El agresor descarga la tensión y la agresividad acumulada durante la primera fase. Es el punto álgido de la violencia y es también cuando el agresor vive su mayor momento de gloria. Digamos que es cuando se siente más hombre en el sentido más machista del término.
La agresión se produce con una explosión de brutalidad tal, que no repara ni en medios ni en formas, pudiendo causar la muerte tanto de la víctima como de los hijos. Esta fase es muy breve, suele durar apenas unos minutos, pero es la más dura ya que la mujer se enfrenta directamente a la ira del agresor y no tiene ningún control ante una situación.
Pero otras veces, -la mayoría- el episodio violento (segunda fase) finaliza con una mujer destrozada física y/o psicológicamente, muerta de miedo, que teme por su vida y un agresor que se reactiva, al menos de momento, y que, ante el temor de perderla, reacciona y manifiesta arrepentimiento por sus actos al tiempo que le promete cambiar.
Así se entra en la tercera fase. Aquí, desaparece totalmente la tensión y la violencia. Surge una especie de estadío plano, de relax y de calma. El agresor se muestra muy arrepentido por el episodio que acaba de producirse y busca con ansia a la víctima implorando su perdón, ya que realmente no soporta perderla. Esto puede ocurrir de forma inmediata a la explosión o bien pasados unos días.
La víctima, si llega a retomar el contacto con él, ve a un hombre nuevo, distinto al que la agredió, vuelve a sentirse nuevamente querida y adorada como al comienzo de la relación. Esta calma, este arrepentimiento, es sobrevalorado por la víctima después de la tensión y de la agresividad vivida. Pero el agresor, con su falso arrepentimiento, no hace sino apuntalar su poder, reforzar su posición.
A esta tercera fase se la conoce como de reconciliación o “luna de miel”. Pero esta fase tan dulce, es extremadamente peligrosa porque el agresor aparentemente arrepentido le pide perdón y una nueva oportunidad. La víctima, que toma esto como una intención de cambio, se relaja y se renuevan las esperanzas de proseguir con la relación. El resultado es obvio: la mayoría de las veces, la víctima vuelve a dar una segunda oportunidad, y una tercera, y una cuarta. Pero las agresiones no tardarán en aparecer y el ciclo volverá a repetirse una y otra vez. Con el paso del tiempo, la última fase se irá haciendo más breve hasta desaparecer y las agresiones cada vez más cercanas y violentas, reduciendo la fase de tensión que brota inmediatamente después de la explosión violenta.
Cuando una mujer vive estos ciclos de forma mantenida en el tiempo, termina perdiendo su autonomía, su independencia y su capacidad de tomar decisiones. Al mismo tiempo, genera una gran dependencia del agresor, esperando siempre esa parte amable, ese resurgir del niño malo arrepentido que ella valora tantísimo.
Como podemos ver, básicamente, la violencia opera en un círculo de tensión, explosión y arrepentimiento, como una rueda que gira y gira y siempre regresa al punto de partida. La ida y vuelta a la relación es una constante.
LA VIOLENCIA DE GÉNERO; Identificación y prevención
DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO
sábado, junio 22, 2024
REPETIR CON OTROS MALTRATADORES
“Mira
que tengo mala suerte, he vuelto a caer con otro maltratador, es que parece que
los busco. Debo tener algo que los atrae. Soy como un imán de maltratadores”.
Este planteamiento y similares, es muy
frecuente oírlo en mujeres que repiten la terrible experiencia de toparse en su
vida con más de un machista violento. Lo he oído muchas veces. Pero lo peor es
que existe además una teoría ampliamente generalizada y respaldada por la
sociedad (patriarcal, claro) e incluso por quienes dicen llamarse especialistas
de violencia de género, en ese mismo sentido. Y naturalmente no puede ir en
otra dirección que, acusando a la propia víctima, culparla a ella de repetir
ese tipo de relación: "La culpa es de ella", “Ella los busca”,, “A
ella le gustan los malotes”
Por qué hay mujeres que repiten pareja con idénticos patrones de conducta?
Pero si una mujer es
víctima, como podemos acusarla al mismo tiempo de culpable?
Veamos,
Uno
de los factores de riesgo más extendidos en estos casos es que la víctima, a
pesar de haber salido de su primera situación de maltrato, no ha logrado salir
del círculo de violencia, por lo que sigue siendo víctima, sigue siendo
vulnerable. Esto sucede cuando la ruptura con el maltratador no ha sido de
manera voluntaria, bien porque haya dejado a su pareja presionada por su
entorno familiar, o tal vez porque haya sido abandonada por su propio
maltratador. En estos casos, es cierto que la mujer sale físicamente del
maltrato, pero sale sin haber pasado por una necesaria reconstrucción
emocional, o lo que es lo mismo, sigue todavía bajo la influencia del círculo
de violencia. Así, sus expectativas, su forma de ver la realidad, siguen siendo
las mismas que cuando era víctima.
Ser mujer, como
sabemos, ya es el principal factor de riesgo, pero además si a esto le añadimos
los roles y estereotipos de género, las creencias erróneas, los mitos
relacionados con el favorecimiento hacia conductas violentas, cualquier entorno
puede ser, no solo propicio, sino un disparador de profundas creencias que la
convierte en alguien muy vulnerable.
Pero además, una baja o
nula autoestima, la falta de autonomía personal, la dependencia emocional con
un maltratador o bien no han logrado desmitificar el amor romántico o amor
protector que les han enseñado desde niñas: "Necesito alguien que
me proteja, necesito alguien que tire de mí, ¿dónde voy a ir yo sola?",
es muy probable que ella piense que necesita nuevamente, alguien fuerte,
alguien que la proteja y sea capaz de tirar de ella.
Otro factor de riesgo para estas mujeres
es haber presenciado o haber padecido malos tratos en en su familia de origen,
con lo cual ha normalizado estos patrones de conducta, tanto de víctima como de
maltratador. Por eso, aunque logre salir del círculo de violencia familiar,
suele caer en la repetición de roles. La identificación con la figura maternal,
la adopción de un rol sumiso, o haber vivido con una madre que consiente el
maltrato provoca que lo único que haga este perfil de mujer sea recorrer el
camino que ya conoce, aunque haya sido desagradable, aunque haya sido terrible.
Otros factores que
agravan la situación de vulnerabilidad de estas mujeres son la dependencia
económica, entender que los hijos necesitan un padre, es decir la importancia
de la figura masculina a todos los niveles, hace que la mujer crea necesario
tener pareja, sea cual sea el precio que esto suponga, cree que le favorece y
por eso en muchas ocasiones repiten.
Pero esto no es todo,
aún hay otros factores mantenedores que se dan en esta situación…… No nos
podemos olvidar de que ellos, los machistas violentos ya están ahí, que
proliferan por doquier como corresponde a una sociedad patriarcal, que tiene
mucho que ver son las condiciones que nos rodean, con el entorno, ya sean
profesionales, sociales, incluso familiares y su posible influencia. Podríamos
afirmar que son entornos propicios para que esto se dé.
Que ninguna mujer se
llame a engaño, que ninguna mujer sea manipulada, engañada o desprestigiada,
con falsos dogmas patriarcales, sino que cuando percibas la más mínima señal,
la más pequeña posibilidad de manifestación implícita o explícita de machismo
en la pareja, tenga la información suficiente para detectarlo y no se pierda en
veleidades y salga corriendo, sin detenerse en tratar de solucionar problemas
que no le corresponden.
Porque ninguna mujer
ha nacido para nodriza, ni una madre cuidadora de su pareja. Tampoco tiene
la responsabilidad de hacerlo feliz. No tiene una varita mágica con la que
poder cambiar aquello que le disgusta, ni es la protectora ni la salvadora de
causas perdidas. Por eso, ninguna mujer ha de quedarse ahí, esperando un cambio
que con toda probabilidad no va a producirse. Es demasiado arriesgado quedarse
a comprobar si tenía razón. No merece la pena exponerse a hablar de una segunda
o una tercera oportunidad.
Mujer, sal de ahí cuanto
antes y recuerda que permanecer junto a tu agresor es consentir, autorizar el
dominio que ejerce sobre ti. Y hazlo todas las veces que sea necesario, cuando
un nuevo machista violento se cruce en tu camino. Te puede ir la vida en
ello. Levántate sacúdete las rodillas, suéltate el pelo, levanta la
barbilla y camina mujer, que delante de ti se abre todo un mundo de
posibilidades.
domingo, junio 09, 2024
TIPOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Estas son las formas de violencia más comunes. Generalmente no se dan de forma aislada, sino mezcladas en dos o más tipos:
PSICOLÓGICA-EMOCIONAL. Es la primera y se da en todos los casos porque es el inicio de violencia posteriores y es, igualmente, la menos visible. Son los actos, gestos, y/o expresiones verbales y no verbales, que ofenden o atentan contra la autoestima de la mujer: humillación, amenaza, miedo, insultos, culpabilidad, aislamiento, vejaciones, descalificaciones, rechazo, lenguaje perverso, etc.
FÍSICO: Es el más visible y evidente aunque no se da en todos los casos. Es el daño corporal, el daño físico con o sin objeto/herramienta: Golpes diversos, empujones, tirones de cabello, mordeduras, quemaduras con cigarro, patadas, etc. Incluye también la privación de libertad.
SEXUAL: Son los actos o prácticas sexuales no deseados por la víctima. Desde insinuaciones, acoso, tocamientos con o sin penetración. Por su propia naturaleza supone igualmente daño físico y psicológico.
ECONÓMICO/PATRIMONIAL: Consiste en privar a la víctima de los recursos económicos propios o bien de aquellos a que tuviera derecho para la subsistencia. Asimismo, se trata de generar compromisos económicos y deudas que lleven a la víctima al endeudamiento de por vida y/o ruina.
AMBIENTAL: Se trata de crear tensión en el ambiente y predisponerlo a la posterior agresión: golpear y romper objetos y enseres del hogar. Cargar el ambiente creando intimidación.
SIMBÓLICA: Invisible, pasa totalmente desapercibida. Es la emisión de mensajes, iconos o signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación y discriminación que naturalizan o justifican la subordinación y la violencia contra las mujeres: la publicidad, la moda, las letras de canciones, humor sexista, refranero, juegos, lenguaje, caricaturas políticas, etc.
INSTITUCIONAL: La victimización secundaria derivada de la relación con el sistemas jurídico, penal, policial, sanitario, asistencial, social, etc. Es consecuencia de su paso por las distintas instituciones que pueden generar un daño adicional. La falta de información, la reiterada exposición, la lentitud del proceso, el relato de los hechos, juicio, pruebas, uso de lenguaje técnico, etc. causan en la víctima efectos traumáticos añadidos.
VIOLENCIA VICARIA: Es la violencia “por sustitución”. Su finalidad principal es la de causar el máximo daño posible a la mujer, provocando su muerte en vida, conocida también como muerte psicológica. Las víctimas en este caso son aquellas personas más queridas por la víctima, especialmente los hijos e hijas.
miércoles, mayo 29, 2024
MACHISTA & NARCISISTA
El narcisismo es un rasgo, un trastorno de la personalidad. Básicamente se trata de alguien que tiene un sentido exagerado de su propia importancia, que tiene la necesidad de ser el centro de atención y no aceptan criticas en contra. Su relación con las demás persona se basan siempre en manifestaciones de superioridad.
El machismo es una ideología de género que promueve la superioridad del hombre sobre la mujer en todos los ámbitos de la vida. Tiene su raíz en la cultura patriarcal y está férreamente instaurado en la propia estructura social. Cuando el machismo se vive con violencia, estamos la violencia machista o violencia de género.
Ahora bien, el narcisismo no tiene por qué llevar aparejado machismo, este trastorno también puede padecerlo una mujer, pero el machismo sí tiene mucho de narcisismo. Los hombres machistas se tienen en muy alta estima y les encanta competir con otros hombres incluso se retan a sí mismos, en una escala de valores también machistas que tanto juego social da, ya que cuenta con el apoyo de la sociedad. Es algo independiente de su condición biológica, es un símbolo, una seña de identidad y necesitan sea reconocido en la propia sociedad machista. Digamos que se retroalimenta. Es por eso que el machista necesita constantemente alardear y manifestar conductas y actitudes que sacien su ego.
miércoles, mayo 15, 2024
EL MALTRATADOR, ESE NARCISISTA PERVERSO
"Él se acercó a ti y te buscó siempre con la peor y más cruel de las intenciones. Es un monstruo, un canalla, un depredador emocional insaciable que no sabe diferenciar un ser humano de una piedra tirada en el camino.
Pero es también el perdedor por excelencia porque ni su juego siniestro ni su estrategia perversa consiguen apaciguar su inseguridad, su frustración, sus miserias y su infinito vacío interior" C.M.
Trastorno narcisista: necesita, incansablemente, ser admirado. Búsqueda excesiva de reconocimiento y de empatía son marcadores de este tipo de trastorno.
La perversión: Es la tendencia a querer satisfacer deseos y necesidades personales a costa de otras personas y utilizarlas para fines propios.
Una extraordinaria insensibilidad rige su vida. Necesita, ante todo, hundir a la otra persona porque la destrucción psicológica de la víctima es su triunfo, es su victoria. Embaucador, chantajista, timador, impostor, embustero, estafador, farsante, diabólico, necesita exportar toda esa carencia de valores, porque él mismo no lo soporta e importar todas las cualidades de la víctima, absorber toda su energía. El vampirismo emocional y el estilo de vida parasitario -gusta de vivir a costa de su pareja- son otros de los rasgos característicos de estos individuos aunque sean aspectos que siempre intente enmascarar.
Puede usar con habilidad métodos y/o estrategias para desestabilizarla como por ejemplo: hacer alusiones desagradables sin llegar a aclararlas nunca, atacar a sus hijos con críticas, poner en tela de juicio sus capacidades de juicio y decisión, criticar todo del pasado de la víctima y usar en contra todo lo que esta le ha contado con confianza en su momento, martirizar a la víctima con relaciones del pasado, etc. Es suficiente que la víctima revele sus debilidades para que el perverso las explote inmediatamente contra ella.
Suelen ser personalidades muy seductoras, muy carismáticas, realmente engañosas, porque de cara al exterior, nada hace sospechar de su condición. Mientras tanto, la víctima no se da cuenta de que la están forzando, según se halla atrapada en una tela de araña, atada psicológicamente, anestesiada y a merced del que la domina, sin ser plenamente consciente de ello.
Una relación conducida por un perverso narcisista constituye una asociación letal: la posición de confusión y de incertidumbre es permanente y la denigración y los ataques subterráneos son sistemáticos.
El peor aspecto de este tipo de malos tratos es la tortura mental que supone vivir aterrorizada de forma permanente. El trato vejatorio y humillante tiene como objetivo acabar con el equilibrio y resistencia psicológica de la otra persona, provocando así su desgaste físico y emocional. El perverso trata de debilitar mentalmente a su pareja para poder transferir mejor sus ideas. Así, el dominador puede llegar a apropiarse de la mente de la víctima, igual que en un verdadero lavado de cerebro.
La violencia del perverso es indirecta, no deja marcas físicas ni heridas no hay rastro, no hay sangre ni cadáver, nada que incriminar, desde fuera, todo es normal; pero sí daños psicológicos que pueden ser muy graves. Este tipo de violencia constituye un tipo de acoso moral, es decir una repetición frecuente, intencionada, indirecta, invisible y muy peligrosa.
martes, abril 09, 2024
jueves, marzo 07, 2024
domingo, febrero 11, 2024
¿DEBO PERDONAR A MI MALTRATADOR?
Frecuentemente y, tal vez motivada por los supuestos beneficios psicológicos del perdón, la mujer víctima se plantea si debe perdonar a su agresor... “Pero es que él se arrodilla ante mi y me pide perdón llorando y prometiéndome que no volverá a ocurrir”
Cuidado con esto!!!
Tras la fase de explosión (ciclo de la violencia de género) y una vez que el maltratador ha descargado toda su violencia sobre la víctima, le invade el insoportable temor de que esta pueda abandonarlo y siente por esto, tambalear su hombría. Es por eso que ya sea de manera inmediata o bien pasados unos días, se reactiva y aparece como "el nuevo hombre" y pone en marcha toda una estrategia con el objetivo de recuperarla.
Para esto se vale del arrepentimiento, de un supuesto arrepentimiento y no duda en realizar todo tipo de juramentos, promesas y manifestaciones de calado suficiente que hagan conmover a la víctima: “Te prometo que voy a cambiar”, es el slogan que abandera todo maltratador que se precie.
Pues bien, este "arrepentimiento" no es sino un acto más de conveniencia, un gesto más que el agresor usa para su utilidad, para su beneficio y ventaja, motivado exclusivamente por el temor al cese de la relación, para evitar la separación y la pérdida del vínculo con la pareja. Porque lo que realmente le complace y alimenta su ego es mantenerla a su lado para seguir dominándola.
La víctima, si lo escucha, si lo cree, está perdida. Porque ella lo interpretará como un “en el fondo, me ama, no puede vivir sin mí”, y así, aferrándose al principio del amor romántico, renovará la esperanza de “salvar la relación”.
Es muy importante entender que un maltratador pide perdón por las consecuencias de sus hechos, pero no por los hechos en sí mismos. El suyo es un arrepentimiento condicionado, interesado y perverso. En ningún caso es auténtico, ni un deseo de restaurar el daño causado, ni la más mínima intención de modificar su conducta, porque en realidad, no hay arrepentimiento, no hay propósito de enmienda, por mucho que lo jure. El maltratador está seguro de haber actuado con total legitimidad, como corresponde a su nivel de hombría y mandan los cánones patriarcales y no tardará en volver a manifestar sus verdaderas intenciones.
No hay que creer jamás en el arrepentimiento de un maltratador. La petición de perdón y sus exageradas muestras de arrepentimiento son dos eslabones más en la cadena de maltrato y forma parte del ciclo de la violencia de género.
jueves, enero 25, 2024
MALTRATADOR
"Los lobos no entienden de remordimiento ni los leones ni los piojos conocen la vacilación. ¿Para qué cuestionarse nada si saben que tienen razón? En este planeta del Sol tener siempre la conciencia clara y libre de dudas es el signo paradigmático de las bestias"
Wisława Szymborska, premio Nobel de Literatura 1996
miércoles, enero 24, 2024
FUNDACIÓN ANABELLA
Probablemente el vídeo que con mayor precisión describe la violencia contra la mujer. Es perfecto.
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