domingo, octubre 20, 2024

¿EL MALTRATADOR ES CONSCIENTE DE SUS ACTOS?

 Te aseguro que el maltratador es clara y plenamente consciente de todos sus actos, los cuales, planifica y estudia pormenorizadamente con cálculo, premeditación y frialdad y sin prisa por llevarlo a cabo. Su comportamiento no es producto de un arrebato ni de un mal momento, sino que es algo como digo estudiado, planificado, con intención y con un mensaje corrector: "Te castigo para que aprendas, y me obedezcas...."

Lo que ocurre es que él "no considera" que sea maltrato lo que te hace, ya que se encuentra con todo el derecho a ejercer poder y violencia sobre ti, se siente completamente legitimado para actuar como lo hace.  El maltratador, ejerce un falso paternalismo sobre la víctima y se considera con el derecho a "corregir" sus "errores", sus "desvíos". El se cree con el derecho a implantar justicia, "su justicia" como valor único, empleando su fuerza y su poder, si es necesario, porque se considera tu dueño. 
El maltratador percibe su realidad como única; para él, no existen mas realidades que la suya. Ten en cuenta que te considera un ser inferior, débil, que no sabe caminar sola por el mundo y por tanto, se siente legitimado a actuar como lo hace. El no se considera maltratador, él se considera "administrador de justicia", es decir, te castiga, porque según su código, tu eres mala. 
Pero aparte de todo lo anterior, el agresor siempre podrá esgrimir mil y una razones para justificar lo que hace, incluida la inconsciencia.  




MUJERES VÍCTIMAS MORTALES POR VIOLENCIA DE GÉNERO

 FICHAS DE FEMINICIDIOS EN PAREJA O EXPAREJA POR AÑO

viernes, septiembre 13, 2024

LAS PREGUNTAS DE LAS MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

016

Las mujeres víctimas, sin excepción siente una grandísima confusión mental hasta el punto de que frecuentemente creen estar volviéndose loca. Y es que no puede ser de otra manera: están viviendo una historia de amor (al menos eso cree ella) con su enemigo (pero ella no lo sabe). Esta situación las llevan a perder totalmente la perspectiva de la relación y las dudas y las preguntas le golpean la mente insistentemente. Ya no comprenden la diferencia entre respetar y no respetar, entre amar y sacrificarse, entre entregarse y humillarse. 

Presentamos algunas de sus dudas más habituales, con sus respuestas desde el punto de vista psicológico: Es el resumen de un texto que encontré en la red y me resultó extraordinariamente interesante. 

¿Los maltratadores saben amar?
No, los maltratadores no saben amar. Bueno, en realidad no conocen ningún sentimiento noble, carecen de empatía y de cualquier habilidad social. También carecen de emociones.  Sólo se aman a sí mismo y además se aman mal. Son ególatras y se aman de una manera distorsionada, enfermiza, dañina. Son personas solas, inseguras, frustradas y muy infelices. 
Pero es normal que a veces pueda parecer que son capaces de querer a alguien, que son capaces de amar. En apariencia y especialmente al inicio de la relación aparecen como amantes extraordinarios, como magníficos seductores, como si tuviesen más capacidad de amar que nadie. Nada más lejos de la realidad.

¿Él me quiere? 
No. Es probable que tenga dependencia emocional, que te necesite por sus propias carencias, pero no te quiere. Nadie que te quiera te hará daño a propósito. El amor es cariño mutuo, aceptación mutua, comprensión mutua. Seguramente él te repite continuamente que te quiere, y es muy posible que tú desees creerle con todas tus fuerzas.  Es normal, pero debes esforzarte por abrir los ojos. Tú mereces algo más. Tu vida podría ser hermosa, podría estar llena de risa, de felicidad, de días en los que no tuvieses miedo. Abre los ojos. El amor, bien comprendido, nos hace irradiar felicidad. ¿Te has preguntado que irradias tú? 

¿Está enfermo? 
No, los trastornos de la personalidad no entran en el terreno de la patología. Todos hemos tenido experiencias que nos han construido como personas, y gracias a ellas somos lo que somos ahora. Por lo general, las personas sabemos utilizar esas experiencias para que nos hagan crecer y aprender. Pero hay quienes no saben extraer enseñanzas positivas de lo que les sucede y se convierten en seres atormentados, sin valores humanos o sociales, que hacen sufrir a todo aquel que se cruza en su camino. Si tú eres esa persona quizá creas que él, por amor, cambiará. Pero él NUNCA podrá hacerlo sin la ayuda de un psicólogo, y a veces ni tan siquiera es posible de este modo. Si él realmente quiere cambiar, acudirá a una consulta. Si no, es que no tiene la menor intención de cambiar. No te engañes y huye a tiempo. 

¿Dónde queda eso de "para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad...", si le abandono? 
La frase completa empieza por "prometo amarte y respetarte", y la pronuncian tanto el hombre como la mujer. Si esta premisa la cumplen ambos, entonces el resto de la frase tiene sentido y razón de ser. Si no, no. Cuidado, no saques las cosas de contexto y no te empeñes en sentirte culpable. Recuerda que hay que dar, pero también recibir. 

¿Quién es él realmente, el de los buenos momentos o el de los malos? Él es él, y no puedes dividirlo en dos. Es lo que vives día a día, y de nada sirve pensar que es el de los buenos momentos, como si los otros no existieran. Esos momentos existen y existirán siempre, a menos que se someta a tratamiento psicológico, y aun así no hay garantías de éxito. No te empeñes en dividirlo en dos. Es como preguntarte quién eres tú: la que duerme por las noches o la que está despierta durante el día. Eres tú, siempre. 

Si llora viendo películas, ¿no quiere eso decir que es sensible y de buen corazón? 
Probablemente, al fin y al cabo nadie dice que los maltratadores no sean sensibles. Al contrario, lo son, y suelen tener graves carencias afectivas y un nivel mínimo de autoestima. El problema es que les afecta más aquello en lo que no se ven implicados que lo que les sucede a ellos o a su entorno. Normalmente se aíslan del dolor que les rodea. Sin embargo, una película no supone ninguna amenaza para ellos, no les pide nada, no tienen que dar nada. A una película no la tienen que controlar. 

Si no me aporta nada, ¿por qué no puedo decidirme a dejarle? ¿Soy tonta? 
No. Has sido manipulada y quizá tengas síntomas de dependencia emocional. Estaría bien que acudieras al psicólogo para que te ayudase a superarlo. No eres tonta. Muchas mujeres están pasando por lo mismo que tú. Mujeres inteligentes, hermosas, instruidas, con carrera. El 90% de las personas somos vulnerables a la manipulación, y a veces sólo nos damos cuenta cuando es demasiado tarde. Los manipuladores en general, y en concreto los maltratadores, se aprovechan de los buenos sentimientos de los demás para hacer con ellos lo que quieran, y son expertos en ello. No te sientas culpable por ser víctima de un maltrato o manipulación. Pero sería bueno que tuvieras presente el objetivo de liberarte de ello. 

Soy psicóloga, ¿no debería ser especialmente fuerte para salir de esto? 
No. Estudiar las emociones humanas y los trastornos y patologías de la psicología puede llevar los cuatro o cinco años de la carrera, pero controlar las propias emociones es una asignatura que lleva toda la vida. Del mismo modo que puedes conocer todas las piezas de un automóvil y no saber conducirlo, puedes conocer todos los entresijos de las emociones humanas y no saber controlarlas. La experiencia de enfrentarte a tus emociones es nueva cada día y esa asignatura, sin duda la más dura, tienes que estudiarla por tu cuenta para aprobar el examen de la vida. 

¿Por qué siento que lo hago todo mal? 
Es probable que él haya ido minando tu autoestima hasta el punto en que sientes esto. Empiezan por criticar pequeñas cosas, que tú corriges, deseosa de gustarle, sin darles mayor importancia. Por ejemplo: tu forma de vestir, tu peinado... Luego pasan a criticar cosas que no es tan fácil corregir, generalmente conductas que siempre has tenido y que de pronto parecen encontrar insoportables. Tú intentas cambiar para adaptarte a él, pero te das cuenta de que cada vez te exige más, y sientes que no das la talla, que no eres lo suficientemente buena para él. Cuando esta situación se alarga en el tiempo, tu autoestima se va a pique y entonces es cuando él tiene poder absoluto sobre ti para chantajearte y manipularte a placer. Te desvaloriza por todo, protesta, critica y se enfada por tantas cosas que se produce el efecto llamado "indefensión aprendida". Esta indefensión consiste en que, tras intentar muchas veces cambiar de conducta para evitar los castigos, llega el momento en que, al ser estos impredecibles, el sujeto se queda paralizado, incapaz de actuar. Deduce que nada de lo que haga podrá cambiar la situación. 

¿Soy tan mala persona como creo? 
No, pero lo mejor que puedes hacer para convencerte es preguntarles a tus amigos y familiares, a personas de confianza que de verdad te aprecien, de las que sepas que conocen tus virtudes y defectos y que, además, sepan escucharte y comprenderte. Pregúntales y sin duda te darán una respuesta fiable, y casi con toda seguridad, te levantarán el ánimo. Es muy reconfortante que la gente a quien quieres te diga que eres buena persona. No te prives de ello, todos necesitamos de vez en cuando que nos digan que hacemos las cosas bien, que somos buenas personas, que somos válidas. Regálate los oídos con sus cumplidos y no te sientas culpable por escucharlos. Tú también mereces sentirte bien.

¿Por qué me da miedo leer artículos sobre maltrato, o incluso esta página? A nadie le gusta que le digan que ha sido víctima de un manipulador o maltratador. Es algo desagradable, y las personas tendemos a querer evitar las cosas que nos resultan desagradables. Es normal, además, que tengas miedo de perder esa última esperanza a la que te aferras desesperadamente. Tú, que quizá creías en el amor para toda la vida, de repente te encuentras con páginas como esta en las que se afirma que eso que tú vives no es amor... Es duro, sin duda, y si estás leyendo esto significa que eres muy valiente, que tienes fortaleza de espíritu y un férreo carácter. El miedo por sí mismo no es malo si sabemos controlarlo y no nos dejamos llevar por él. ¡Ánimo y sigue leyendo!

¿Qué será de mí sin él? 
Ya sé que suena a frase hecha, pero el tiempo pasará y un día todo habrá quedado atrás. Al principio es probable que sientas un síndrome de abstinencia similar al que sufren los drogodependientes, el conocido "mono". Sentirás que necesitas llamarlo para sentirte bien. Tienes que evitarlo a toda costa. Llama a tus amigos, apúntate a cursillos de todo lo que se te ocurra, visita a tu familia, ve al cine y al teatro... Distráete todo lo que puedas. Un día, de pronto, te darás cuenta de que lo has superado, de que el ansia de llamarle ha desaparecido. Y te sentirás bien, y podrás rehacer tu vida como cualquier mujer. Y con una importante experiencia de la cual extraerás muchas enseñanzas que te ayudarán a encontrar, esta vez, a un buen hombre que te quiera de verdad, o que te enseñarán a valorar tu soledad como fuente de tranquilidad y sosiego.

 ¿Es cierto lo que él dice, que nadie más que él me va a querer? 
Lo que él quiere es aislarte, hacerte sentir poco atractiva, poco inteligente, incapaz de atraer a nadie, pero eso no refleja más que el miedo que él tiene a no poder retenerte con sus perversas manipulaciones. De todos los comentarios que puede hacerte, este es uno de los peores, pues ataca directamente tu sentimiento de ser una persona válida. Escuchar este tipo de expresiones durante un período de tiempo prolongado puede hacer que la persona más segura del mundo se venga abajo. Piensa que, si necesita decirte eso para controlarte, ¡es porque teme lo contrario! Imagina por un momento que tú sintieras que cualquier hombre puede enamorarse de ti, porque eres inteligente, bella, sensible... ¿Seguirías con él? Claro que no. Y él lo sabe, y tiene un miedo atroz a que resultes atractiva para alguien que, un día, te demuestre que lo que él te daba no era, ni mucho menos, amor, sino un trato denigrante que no mereces.

¿Podría ayudarnos una terapia de pareja? 
No. Las terapias de pareja ayudan sólo cuando hay amor y respeto en la base de la relación y cuando se parte desde la igualdad y no desde el desequilibrio.  En vuestro caso hay dependencia emocional, probablemente. La terapia no es, por tanto, aplicable. Además, la terapia de pareja suele conllevar que los cónyuges acepten llegar a acuerdos, cediendo un poco en ciertos aspectos para conseguir salirse con la suya en otros. ¿Crees que tu cónyuge es capaz de llegar a acuerdos y respetarlos? Si la respuesta es no (y procura ser sincera contigo misma) la terapia será inútil. 

He oído que algunos maltratadores dejan de serlo, ¿no puede ser este el caso? 
El porcentaje de maltratadores que consiguen reeducarse es ínfimo, pero a veces se da el caso. Si tu cónyuge es uno de ellos, sin duda aceptará ir al psicólogo. Si no quiere ir, está claro que pertenece al porcentaje mayoritario. Y si acepta ir al psicólogo, ya es un paso, pero entonces deberás preguntar al psicólogo sobre lo que él opina y tener muy en cuenta su opinión. Eso sí, procura ir a un psicólogo serio, no vayas a un charlatán que aproveche la coyuntura para tener cientos de sesiones con tu cónyuge y hacerse rico a vuestra costa sin ayudaros en nada. 

Yo también le grito y reacciono con rabia, ¿no serán motivos para que él reaccione con violencia, desprecio, indiferencia...? 
La violencia nunca es justificable. Nunca. En cuanto al desprecio y a la indiferencia y a otras emociones negativas, es importante detectar cuándo se producen. ¿Quién empieza? ¿Por qué? ¿Es una reacción desproporcionada? Todas las personas discuten y muchos gritan y hacen comentarios desagradables. La diferencia es que los maltratadores cambian de humor en un instante y reaccionan desproporcionadamente ante minucias, castigándote por ello como si hubieras hecho algo terrible y como si ellos fuesen el juez que ha de dictaminar tu sentencia ante tu imperdonable negligencia. Que una camisa no esté planchada no es terrible, como no lo es que se enfríe la comida, o que llegues diez minutos más tarde de la cuenta a casa, o que la cama tenga arrugas, o que el café esté demasiado cargado. Es posible que tú hayas perdido la perspectiva de lo que es desproporcionado o no. En este caso, pregunta a amigos y familiares que te quieran, y ellos te dirán si la reacción es adecuada o no. Fíate de sus respuestas, desde fuera todo se ve mucho más claro por regla general. 

¿No es mejor para nuestros hijos que sus padres estén juntos a pesar de la situación de violencia?

¡Al contrario! Los niños son muy listos. Los niños observan, analizan lo que ven y aprenden con el ejemplo, y si lo que ven en su hogar es un comportamiento agresivo, se acostumbrarán a él y no tardarán en querer imitarlo, considerando que esos son los roles que se espera de ellos. Si es niña, es muy probable que crezca creyendo que es normal que la mujer sufra maltrato, pues eso es lo que ha visto siempre. Y si es niño, tal vez desarrolle la agresividad que se supone que se espera de él como hombre. Los niños son los más vulnerables. ¡Protégelos! Es mil veces preferible una vida tranquila con uno solo de sus padres, a una vida de violencia, física o psicológica, con los dos.


El maltratador es consciente de sus actos?

Te aseguro que el maltratador es clara y plenamente consciente de todos sus actos, los cuales, planifica y estudia pormenorizadamente con cálculo, premeditación y frialdad y sin prisa por llevarlo a cabo. Su comportamiento no es producto de un arrebato ni de un mal momento, sino que es algo como digo estudiado, planificado, con intención y con un mensaje corrector: "Te castigo para que aprendas, y me obedezcas...."
Lo que ocurre es que él "no considera" que sea maltrato lo que te hace, ya que se encuentra con todo el derecho a ejercer poder y violencia sobre ti, se siente completamente legitimado para actuar como lo hace.  El maltratador, ejerce un falso paternalismo sobre la víctima y se considera con el derecho a "corregir" sus "errores", sus "desvíos". El se cree con el derecho a implantar justicia, "su justicia" como valor único, empleando su fuerza y su poder, si es necesario, porque se considera tu dueño. 
El maltratador percibe su realidad como única; para él, no existen mas realidades que la suya. Ten en cuenta que te considera un ser inferior, débil, que no sabe caminar sola por el mundo y por tanto, se siente legitimado a actuar como lo hace. El no se considera maltratador, él se considera "administrador de justicia", es decir, te castiga, porque según su código, tu eres mala. 
Pero aparte de todo lo anterior, el agresor siempre podrá esgrimir mil y una razones para justificar lo que hace, incluida la inconsciencia.  

Se arrepiente el maltratador? 

Frecuentemente la mujer víctima llega al siguiente planteamiento, “Me pide perdón llorando. ¿Está realmente arrepentido? ¿Debo creerle? ¿Debo darle otra oportunidad?” 

Efectivamente, tras la fase de explosión, el maltratador suele entrar en una especie de arrepentimiento, para lo cual no duda en realizar todo tipo de juramentos, promesas y manifestaciones de calado suficiente que hagan conmover a la propia víctima. 
Este arrepentimiento no es sino un acto más, transitorio e irreal, de conveniencia; un gesto que el agresor usa para su utilidad, para su beneficio y ventaja, motivado básicamente, por el temor al cese de la relación, para evitar la separación,  la pérdida del vinculo con la pareja y que, como todo lo que hace, forma parte de su estrategia, del círculo del maltrato. 
Es importante saber que pide perdón  por las consecuencias de sus actos, pero no por los hechos en sí mismos. El suyo es un arrepentimiento condicionado e interesado. En ningún caso es un arrepentimiento auténtico, ni un deseo de restaurar el daño causado, ni la más mínima intención de modificar  su conducta, porque en realidad, no hay arrepentimiento, no hay propósito de enmienda, por mucho que lo jure. El maltratador está seguro de haber actuado con total legitimidad, como corresponde a su nivel de hombría y no tardará en volver a manifestar sus verdaderas intenciones. 

No hay que creer jamás en el arrepentimiento de un maltratador. La petición de perdón y sus muestras de arrepentimiento son dos eslabones mas en la cadena de maltrato. 

sábado, septiembre 07, 2024

LA MEDIACIÓN EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO

SALIR DE UNA RELACIÓN DE MALOS TRATOS


A pesar de que la mediación es una forma de solucionar problemas, de aplicación en casi todos los conflictos humanos, en situaciones de violencia de género es la propia ley quien no permite la negociación/mediación, Artº 44.5 Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género

Al tratarse de una relación de desequilibrio, de poder y sumisión entre maltratador y víctima, es complicado determinar cuando hay voluntariedad real e intención de llegar a acuerdos válidos.

Una negociación/mediación en una situación de desigualdad, de dependencia, con amenazas y coerción parte de un desequilibrio que siempre juega en contra de las víctimas y favorece a los agresores. 

Para mediar, ha de partirse de una situación de igualdad que no existe en las parejas afectadas por este tipo de violencia.

lunes, agosto 05, 2024

CREO QUE SOY VÍCTIMA DE MALOS TRATOS

016

IDENTIFICAR EL MALTRATO


COMO VÍCTIMA lo que SÍ se debe hacer en todos los casos

                

  • Terminar con una relación de malos tratos, pasa, necesariamente, por cortar radicalmente todo contacto con el agresor. Cualquier otra opción supone poner en riesgo la integridad física y/o psicológica. En cuanto sea posible, contacto cero: ninguna comunicación por ningún medio, ni directo, ni indirecto, aunque ello suponga la pérdida del contacto con terceras personas y/o cosas o incluso cambios sustanciales en el modo de vida. Cambiar número de teléfono, e-mail y variar todo rastro en las redes sociales. No es suficiente con que la víctima “borre” al agresor de su vida; es necesario que ella se “borre” de la vida del agresor. Evitar que le llegue cualquier información por simple e insignificante que nos parezca.             
  • La ruptura con el agresor puede resultar compleja. No hay que dudar en buscar la ayuda necesaria en el entorno más cercano y de confianza. Recuerda que el aislamiento de la mujer favorece al maltratador.         
  • Si es posible, conservar alguna prueba testifical de la amenaza, agresión física o verbal (foto, e-mail, texto de wasap, grabación en el móvil, etc.) por si fuera necesario denunciar. 
  • Si hubiera maltrato físico y/o sexual y/o cuadros de ansiedad, acudir de inmediato a un centro de urgencias para recibir atención médica y pedir el parte de lesiones.
  •  La violencia de género es un delito penal. Tanto la víctima como cualquier testigo están legitimados a presentar la correspondiente denuncia de los hechos ante la Policía Nacional o Guardia Civil y pedir orden de protección.

  

COMO VÍCTIMA, lo que NO se debe hacer en ningún caso 

  • Actuar en nombre del amor. Pensar que el amor no tiene límites; que el amor lo puede y lo justifica todo. 
  • Creer que la única salida al maltrato es la aceptación, la resignación o el silencio. 
  • Perdonar los actos ofensivos, humillantes y/o violentos de nuestra pareja y volver a empezar. 
  • Tratar de cambiar el comportamiento del maltratador y tratar de ayudarlo a solucionar los conflictos internos que dice tener. 
  • Minimizar el riesgo. 
  • Buscar ayuda para “salvar la relación”, obviando el carácter delictivo de los hechos. 
  • Creer sus justificaciones y confiar en sus repetidas y renovadas promesas de cambio. El arrepentimiento y los intentos de reconciliación forman parte de la espiral del maltrato. 
  • Tener una cita a solas con él para informarle y/o explicarle la intención de dejar la relación y pretender quedar como amigos. (Esto representa una señal especial de peligro).  
  • Enfrentarse al maltratador


DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO


jueves, julio 25, 2024

TELÉFONO 016

El Ministerio de Igualdad, por medio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, presta el Servicio telefónico de información, de asesoramiento jurídico y de atención psicosocial inmediata por personal especializado a todas las formas de violencia contra las mujeres, a través del número telefónico de marcación abreviada 016; por WhatsApp en el número 600 000 016; a través de un chat online en la página web de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y por correo electrónico al servicio 016 online: 016-online@igualdad.gob.es.




domingo, junio 30, 2024

EL CICLO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y SUS CONSECUENCIAS

Aunque la agresión física, sea el aspecto mas visible y relevante, esta no es mas que otro eslabón más de la cadena de maltrato. Pero hay mucho más. Lo explica muy bien la teoría del “Ciclo de la violencia de género” formulada por la psicóloga norteamericana Eleonor Walker en 1979. Es muy útil para entender el desarrollo de la violencia y sus consecuencias. Del mismo modo, nos ayuda a comprender el comportamiento de algunas víctimas así como la vuelta de esta con el maltratador.

Este ciclo  se da prácticamente en la totalidad de los casos y comprende las siguientes fases:

Primera fase denominada de acumulación de tensión. Se caracteriza porque la relación se va volviendo tensa y hostil de forma progresiva. El agresor va “calentando” el ambiente mediante conductas amenazantes y desestabilizadoras, enfados por nada, silencios inexplicables… La víctima que normalmente “lo ve venir” va acumulando ansiedad porque absolutamente todas las medidas dirigidas a cambiar la situación son ineficaces.

Esta fase es de duración variable. Puede durar apenas unas horas o bien dilatarse durante meses, hasta que el agresor considera llegado el momento adecuado para actuar. 

A esta, le sigue una segunda fase, la explosión. Aquí el agresor, una vez más, ha elegido premeditadamente el lugar, el momento y los medios. Es la fase más conocida, porque es la más visible, solapando lo previo y lo posterior que juntos, forman parte de un ciclo.

La explosión es el episodio de violencia muy aguda. Es la ira en estado puro. El agresor descarga la tensión y la agresividad acumulada durante la primera fase. Es el punto álgido de la violencia y es también cuando el agresor vive su mayor momento de gloria. Digamos que es cuando se siente más hombre en el sentido más machista del término.

La agresión se produce con una explosión de brutalidad tal, que no repara ni en medios ni en formas, pudiendo causar la muerte tanto de la víctima como de los hijos. Esta fase es muy breve, suele durar apenas unos minutos, pero es la más dura ya que la mujer se enfrenta directamente a la ira del agresor y no tiene ningún control ante una situación. 

Pero otras veces, -la mayoría- el episodio violento (segunda fase) finaliza con una mujer destrozada física y/o psicológicamente, muerta de miedo, que teme por su vida y un agresor que se reactiva, al menos de momento, y que, ante el temor de perderla, reacciona y manifiesta arrepentimiento por sus actos al tiempo que le promete cambiar.

Así se entra en la tercera faseAquí, desaparece totalmente la tensión y la violencia. Surge una especie de estadío plano, de relax y de calma. El agresor se muestra muy arrepentido por el episodio que acaba de producirse y busca con ansia a la víctima implorando su perdón, ya que realmente no soporta perderla. Esto puede ocurrir de forma inmediata a la explosión o bien pasados unos días.

La víctima, si llega a retomar el contacto con él, ve a un hombre nuevo, distinto al que la agredió, vuelve a sentirse nuevamente querida y adorada como al comienzo de la relación. Esta calma, este arrepentimiento, es sobrevalorado por la víctima después de la tensión y de la agresividad vivida. Pero el agresor, con su falso arrepentimiento, no hace sino apuntalar su poder, reforzar su posición.

A esta tercera fase se la conoce como de reconciliación o “luna de miel”. Pero esta fase tan dulce, es extremadamente peligrosa porque el agresor aparentemente arrepentido le pide perdón y una nueva oportunidad. La víctima, que toma esto como una intención de cambio, se relaja y se renuevan las esperanzas de proseguir con la relación. El resultado es obvio: la mayoría de las veces, la víctima vuelve a dar una segunda oportunidad, y una tercera, y una cuarta. Pero las agresiones no tardarán en aparecer y el ciclo volverá a repetirse una y otra vez. Con el paso del tiempo, la última fase se irá haciendo más breve hasta desaparecer y las agresiones cada vez más cercanas y violentas, reduciendo la fase de tensión que brota inmediatamente después de la explosión violenta.

Cuando una mujer vive estos ciclos de forma mantenida en el tiempo, termina perdiendo su autonomía, su independencia y su capacidad de tomar decisiones. Al mismo tiempo, genera una gran dependencia del agresor, esperando siempre esa parte amable, ese resurgir del niño malo arrepentido que ella valora tantísimo.

Como podemos ver, básicamente, la violencia opera en un círculo de tensión, explosión y arrepentimiento, como una rueda que gira y gira y siempre regresa al punto de partida. La ida y vuelta a la relación es una constante.



LA VIOLENCIA DE GÉNERO; Identificación y prevención

DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO


sábado, junio 22, 2024

REPETIR CON OTROS MALTRATADORES

“Mira que tengo mala suerte, he vuelto a caer con otro maltratador, es que parece que los busco. Debo tener algo que los atrae. Soy como un imán de maltratadores”.

Este planteamiento y similares, es muy frecuente oírlo en mujeres que repiten la terrible experiencia de toparse en su vida con más de un machista violento. Lo he oído muchas veces. Pero lo peor es que existe además una teoría ampliamente generalizada y respaldada por la sociedad (patriarcal, claro) e incluso por quienes dicen llamarse especialistas de violencia de género, en ese mismo sentido. Y naturalmente no puede ir en otra dirección que, acusando a la propia víctima, culparla a ella de repetir ese tipo de relación: "La culpa es de ella", “Ella los busca”,, “A ella le gustan los malotes”

     Por qué hay mujeres que repiten pareja con idénticos patrones de conducta?

    Pero si una mujer es víctima, como podemos acusarla al mismo tiempo de culpable?

       Veamos, 

    Uno de los factores de riesgo más extendidos en estos casos es que la víctima, a pesar de haber salido de su primera situación de maltrato, no ha logrado salir del círculo de violencia, por lo que sigue siendo víctima, sigue siendo vulnerable. Esto sucede cuando la ruptura con el maltratador no ha sido de manera voluntaria, bien porque haya dejado a su pareja presionada por su entorno familiar, o tal vez porque haya sido abandonada por su propio maltratador. En estos casos, es cierto que la mujer sale físicamente del maltrato, pero sale sin haber pasado por una necesaria reconstrucción emocional, o lo que es lo mismo, sigue todavía bajo la influencia del círculo de violencia. Así, sus expectativas, su forma de ver la realidad, siguen siendo las mismas que cuando era víctima.

    Ser mujer, como sabemos, ya es el principal factor de riesgo, pero además si a esto le añadimos los roles y estereotipos de género, las creencias erróneas, los mitos relacionados con el favorecimiento hacia conductas violentas, cualquier entorno puede ser, no solo propicio, sino un disparador de profundas creencias que la convierte en alguien muy vulnerable.

    Pero además, una baja o nula autoestima, la falta de autonomía personal, la dependencia emocional con un maltratador o bien no han logrado desmitificar el amor romántico o amor protector que les han enseñado desde niñas: "Necesito alguien que me proteja, necesito alguien que tire de mí, ¿dónde voy a ir yo sola?", es muy probable que ella piense que necesita nuevamente, alguien fuerte, alguien que la proteja y sea capaz de tirar de ella.

Otro factor de riesgo para estas mujeres es haber presenciado o haber padecido malos tratos en en su familia de origen, con lo cual ha normalizado estos patrones de conducta, tanto de víctima como de maltratador. Por eso, aunque logre salir del círculo de violencia familiar, suele caer en la repetición de roles. La identificación con la figura maternal, la adopción de un rol sumiso, o haber vivido con una madre que consiente el maltrato provoca que lo único que haga este perfil de mujer sea recorrer el camino que ya conoce, aunque haya sido desagradable, aunque haya sido terrible.

    Otros factores que agravan la situación de vulnerabilidad de estas mujeres son la dependencia económica, entender que los hijos necesitan un padre, es decir la importancia de la figura masculina a todos los niveles, hace que la mujer crea necesario tener pareja, sea cual sea el precio que esto suponga, cree que le favorece y por eso en muchas ocasiones repiten.

    Pero esto no es todo, aún hay otros factores mantenedores que se dan en esta situación…… No nos podemos olvidar de que ellos, los machistas violentos ya están ahí, que proliferan por doquier como corresponde a una sociedad patriarcal, que tiene mucho que ver son las condiciones que nos rodean, con el entorno, ya sean profesionales, sociales, incluso familiares y su posible influencia. Podríamos afirmar que son entornos propicios para que esto se dé.

    Que ninguna mujer se llame a engaño, que ninguna mujer sea manipulada, engañada o desprestigiada, con falsos dogmas patriarcales, sino que cuando percibas la más mínima señal, la más pequeña posibilidad de manifestación implícita o explícita de machismo en la pareja, tenga la información suficiente para detectarlo y no se pierda en veleidades y salga corriendo, sin detenerse en tratar de solucionar problemas que no le corresponden. 

    Porque ninguna mujer ha nacido para nodriza, ni una madre cuidadora de su pareja. Tampoco tiene la responsabilidad de hacerlo feliz. No tiene una varita mágica con la que poder cambiar aquello que le disgusta, ni es la protectora ni la salvadora de causas perdidas. Por eso, ninguna mujer ha de quedarse ahí, esperando un cambio que con toda probabilidad no va a producirse. Es demasiado arriesgado quedarse a comprobar si tenía razón. No merece la pena exponerse a hablar de una segunda o una tercera oportunidad.

    Mujer, sal de ahí cuanto antes y recuerda que permanecer junto a tu agresor es consentir, autorizar el dominio que ejerce sobre ti. Y hazlo todas las veces que sea necesario, cuando un nuevo machista violento se cruce en tu camino.  Te puede ir la vida en ello. Levántate sacúdete las rodillas, suéltate el pelo, levanta la barbilla y camina mujer, que delante de ti se abre todo un mundo de posibilidades.

 DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO

 
 
  

domingo, junio 09, 2024

TIPOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Estas son las formas de violencia más comunes. Generalmente no se dan de forma aislada, sino mezcladas en dos o más tipos:
PSICOLÓGICA-EMOCIONAL. Es la primera y se da en todos los casos porque es el inicio de violencia posteriores y es, igualmente, la menos visible. Son los actos, gestos, y/o expresiones verbales y no verbales, que ofenden o atentan contra la autoestima de la mujer: humillación, amenaza, miedo, insultos, culpabilidad, aislamiento, vejaciones, descalificaciones, rechazo, lenguaje perverso, etc.
FÍSICO: Es el más visible y evidente aunque no se da en todos los casos. Es el daño corporal, el daño físico con o sin objeto/herramienta: Golpes diversos, empujones, tirones de cabello, mordeduras, quemaduras con cigarro, patadas, etc. Incluye también la privación de libertad.
SEXUAL: Son los actos o prácticas sexuales no deseados por la víctima. Desde insinuaciones, acoso, tocamientos con o sin penetración.  Por su propia naturaleza supone igualmente daño físico y psicológico.
ECONÓMICO/PATRIMONIAL: Consiste en privar a la víctima de los recursos económicos propios o bien de aquellos a que tuviera derecho para la subsistencia. Asimismo, se trata de generar compromisos económicos y deudas que lleven a la víctima al endeudamiento de por vida y/o ruina.
AMBIENTAL: Se trata de crear tensión en el ambiente y predisponerlo a la posterior agresión: golpear y romper objetos y enseres del hogar. Cargar el ambiente creando intimidación. 
SIMBÓLICA: Invisible, pasa totalmente desapercibida. Es la emisión de mensajes, iconos o signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación y discriminación que naturalizan o justifican la subordinación y la violencia contra las mujeres: la publicidad, la moda, las letras de canciones, humor sexista, refranero, juegos, lenguaje, caricaturas políticas, etc.
INSTITUCIONAL: La victimización secundaria derivada de la relación con el sistemas jurídico, penal, policial, sanitario, asistencial, social, etc. Es consecuencia de su paso por las distintas instituciones que pueden generar un daño adicional. La falta de información, la reiterada exposición, la lentitud del proceso, el relato de los hechos, juicio, pruebas, uso de lenguaje técnico, etc. causan en la víctima efectos traumáticos añadidos. 
VIOLENCIA VICARIA: Es la violencia “por sustitución”. Su finalidad principal es la de causar el máximo daño posible a la mujer, provocando su muerte en vida, conocida también como muerte psicológica. Las víctimas en este caso son aquellas personas más queridas por la víctima, especialmente los hijos e hijas.

LA VIOLENCIA DE GÉNERO: Identificación y prevención

DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO

miércoles, mayo 29, 2024

MACHISTA & NARCISISTA

El narcisismo es un rasgo, un trastorno de la personalidad. Básicamente se trata de alguien que tiene un sentido exagerado de su propia importancia, que tiene la necesidad de ser el centro de atención y no aceptan criticas en contra. Su relación con las demás persona se basan siempre en manifestaciones de superioridad. 

El machismo es una ideología de género que promueve la superioridad del hombre sobre la mujer en todos los ámbitos de la vida. Tiene su raíz en la cultura patriarcal y está férreamente instaurado en la propia estructura social.  Cuando el machismo se vive con violencia, estamos la violencia machista o violencia de género. 

Ahora bien, el narcisismo no tiene por qué llevar aparejado machismo, este trastorno también puede padecerlo una mujer, pero el machismo sí tiene mucho de narcisismo. Los hombres machistas se tienen en muy alta estima y les encanta competir con otros hombres incluso se retan a sí mismos, en una escala de valores también machistas que tanto juego social da, ya que cuenta con el apoyo de la sociedad.  Es algo independiente de su condición biológica, es un símbolo, una seña de identidad y necesitan sea reconocido en la propia sociedad machista. Digamos que se retroalimenta. Es por eso que el machista necesita constantemente alardear y manifestar conductas y actitudes que sacien su ego. 

miércoles, mayo 15, 2024

EL MALTRATADOR, ESE NARCISISTA PERVERSO

 "Él se acercó a ti y te buscó siempre con la peor y más cruel de las intenciones. Es un monstruo, un canalla, un depredador emocional insaciable que no sabe diferenciar un ser humano de una piedra tirada en el camino.

Pero es también el perdedor por excelencia porque ni su juego siniestro ni su estrategia perversa consiguen apaciguar su inseguridad, su frustración, sus miserias y su infinito vacío interior"  C.M. 


Dentro del maltrato psicológico en las relaciones con violencia hacia la mujer se da, a veces, una peligrosa variante que se conoce como “narcisismo perverso”, que a menudo se niega o se le quita importancia y se reduce a una mera relación de dominación. Dicho de una forma simple, el perverso narcisista es alguien con un narcisismo exacerbado mezclado con marcados rasgos de perversión moral. Comprende dos trastornos de personalidad fusionados y potenciados.
Trastorno narcisista: necesita, incansablemente, ser admirado. Búsqueda excesiva de reconocimiento y de empatía son marcadores de este tipo de trastorno. 
La perversión: Es la tendencia a querer satisfacer deseos y necesidades personales a costa de otras personas y utilizarlas para fines propios. 
El perverso narcisista es una persona sin capacidad de empatía real o mejor, su empatía es más bien utilitaria, pues sólo reconoce las necesidades de la otra persona en la medida que sirvan a su propio beneficio. 
Una extraordinaria insensibilidad rige su vida. Necesita, ante todo, hundir a la otra persona porque la destrucción psicológica de la víctima es su triunfo, es su victoria. Embaucador, chantajista, timador,  impostor,  embustero, estafador, farsante, diabólico, necesita exportar toda esa carencia de valores, porque él mismo no lo soporta e importar todas las cualidades de la víctima, absorber toda su energía. El vampirismo emocional y el estilo de vida parasitario -gusta de vivir a costa de su pareja-  son otros de los rasgos característicos de estos individuos aunque sean aspectos que siempre intente enmascarar. 
Puede usar con habilidad métodos y/o estrategias para desestabilizarla como por ejemplo: hacer alusiones desagradables sin llegar a aclararlas nunca, atacar a sus hijos con críticas, poner en tela de juicio sus capacidades de juicio y decisión, criticar todo del pasado de la víctima  y usar en contra todo lo que esta le ha contado con confianza en su momento, martirizar a la víctima con relaciones del pasado, etc. Es suficiente que la víctima revele sus debilidades para que el perverso las explote inmediatamente contra ella. 
Suelen ser personalidades muy seductoras, muy carismáticas, realmente engañosas, porque de cara al exterior, nada hace sospechar de su condición. Mientras tanto, la víctima no se da cuenta de que la están forzando, según se halla atrapada en una tela de araña, atada psicológicamente, anestesiada y a merced del que la domina, sin ser plenamente consciente de ello. 
Una relación conducida por un perverso narcisista constituye una asociación letal: la posición de confusión y de incertidumbre es permanente y la denigración y los ataques subterráneos son sistemáticos. 
El peor aspecto de este tipo de malos tratos es la tortura mental que supone vivir aterrorizada de forma permanente. El trato vejatorio y humillante tiene como objetivo acabar con el equilibrio y resistencia psicológica de la otra persona, provocando así su desgaste físico y emocional. El perverso trata de debilitar mentalmente a su pareja para poder transferir mejor sus ideas. Así, el dominador puede llegar a apropiarse de la mente de la víctima, igual que en un verdadero lavado de cerebro.  
La violencia del perverso es indirecta, no deja marcas físicas ni heridas no hay rastro, no hay sangre ni cadáver, nada que incriminar, desde fuera, todo es normal; pero sí daños psicológicos que pueden ser muy graves. Este tipo de violencia constituye un tipo de acoso moral, es decir una repetición frecuente, intencionada, indirecta, invisible y muy peligrosa.   

domingo, febrero 11, 2024

¿DEBO PERDONAR A MI MALTRATADOR?

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Frecuentemente y,  tal vez motivada por los supuestos beneficios psicológicos del perdón,  la mujer víctima se plantea si debe perdonar a su agresor... “Pero es que él se arrodilla ante mi y me pide perdón llorando y prometiéndome que no volverá a ocurrir” 

Cuidado con esto!!!

Tras la fase de explosión (ciclo de la violencia de género) y una vez que el maltratador ha descargado toda su violencia sobre la víctima, le invade el insoportable temor de que esta pueda abandonarlo y siente por esto, tambalear su hombría. Es por eso que ya sea de manera inmediata o bien pasados unos días, se reactiva y aparece como "el nuevo hombre" y pone en marcha toda una estrategia con el objetivo de recuperarla.

Para esto se vale del arrepentimiento, de un supuesto arrepentimiento y no duda en realizar todo tipo de juramentos, promesas y manifestaciones de calado suficiente que hagan conmover a la víctima: “Te prometo que voy a cambiar”, es el slogan que abandera todo maltratador que se precie.

Pues bien, este "arrepentimiento" no es sino un acto más de conveniencia, un gesto más que el agresor usa para su utilidad, para su beneficio y ventaja, motivado exclusivamente por el temor al cese de la relación, para evitar la separación y la pérdida del vínculo con la pareja. Porque lo que realmente le complace y alimenta su ego es mantenerla a su lado para seguir dominándola.

La víctima, si lo escucha, si lo cree, está perdida. Porque ella lo interpretará como un “en el fondo, me ama, no puede vivir sin mí”,  y así, aferrándose al principio del amor romántico, renovará la esperanza de “salvar la relación”. 

Es muy importante entender que un maltratador pide perdón  por las consecuencias de sus hechos, pero no por los hechos en sí mismos. El suyo es un arrepentimiento condicionado, interesado y perverso. En ningún caso es auténtico, ni un deseo de restaurar el daño causado, ni la más mínima intención de modificar su conducta, porque en realidad, no hay arrepentimiento, no hay propósito de enmienda, por mucho que lo jure. El maltratador está seguro de haber actuado con total legitimidad, como corresponde a su nivel de hombría y mandan los cánones patriarcales y no tardará en volver a manifestar sus verdaderas intenciones. 

No hay que creer jamás en el arrepentimiento de un maltratador. La petición de perdón y sus exageradas muestras de arrepentimiento son dos eslabones más en la cadena de maltrato y forma parte del ciclo de la violencia de género.


DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO

jueves, enero 25, 2024

MALTRATADOR

"Los lobos no entienden de remordimiento ni los leones ni los piojos conocen la vacilación. ¿Para qué cuestionarse nada si saben que tienen razón? En este planeta del Sol tener siempre la conciencia clara y libre de dudas es el signo paradigmático de las bestias"


Wisława Szymborska, premio Nobel de Literatura 1996

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