DEJAR AL MALTRATADOR (I)
He sabido que, finalmente, has decidido alejarte de esa hiena salvaje que es tu maltratador
Te felicito por ello. Te felicito de todo corazón.
Sabes? Eres muy valiente.
Sé que no es fácil. O mejor dicho, se lo difícil que es.
Pero ya lo has hecho y eso te engrandece como persona y como mujer.
Porque es como decidir apartarte de una vorágine de destrucción,
alejarte del mal y de lo que huele a podrido;
de todas las miserias y sufrimientos inútiles.
Es como decidir alejarte de tu propia muerte, es optar por la vida.
Sigue adelante, con firmeza, sin mirar atrás,
aunque te duela y creas que se te rompe el alma en cada paso.
Adelante, aunque tengas que renunciar a tus sueños.
Adelante aunque ello también suponga perder algo.
Adelante, pensando que este duro proceso que se abre ante ti es necesario.
Piensa que muchas mujeres lo viven cada día
y que somos muchas quienes te entendemos
y te creemos sin necesidad de entrar en explicaciones.
Aunque te duela, reconoce que te has equivocado;
que el camino correcto es para el otro lado.
Pero sabes una cosa? no es malo equivocarse.
Es muchísimo peor, muchísimo más grave perseverar en el error
y mantenerse en el engaño.
Es un paso importante el que has dado, el más importante de todos los pasos.
También el más peligroso.
Por eso es necesario tomar medidas de protección
aunque te parezcan exageradas.
Ahora se abre una etapa muy peligrosa: Su reacción.
El bicho, como tu lo llamas, no va a soportar que seas tu quien tome la decisión,
quien de el paso, quien decida sobre el futuro de los dos.
Su respuesta puede ser fulminante.
Pero a ti no te asusta nada, verdad? , porque eres una mujer muy fuerte.
Y porque lo conoces. Lo conoces como nadie.
Primero lo intentará por las buenas,
al no conseguirlo, lo hará por las malas, sin reparar en formas.
Pero no minimices nunca tu riesgo.
La mente retorcida y perversa de un maltratador
es capaz de recurrir a los más sofisticados recursos con tal de dañar.
Es fundamental el contacto cero en estas circunstancias en que te encuentras:
Cortar todos los vínculos,
directos e indirectos y evitar que te lleguen sus mensajes destructores,
su endiablada influencia que siembre la duda en ti,
que interfiera en tu proyecto, o peor aún, que te haga retroceder.
Es un maltratador por tanto, lo que no ha conseguido engañándote,
lo va a pretender conseguir por la fuerza.
No te veas a solas con él, bajo ningún concepto.
La situación no es como tu sientas,
ni como corresponde a la lógica o la realidad,
sino como él la percibe.
Lo que él percibe es con lo que te vas a enfrentar.
Y él percibe tu separación como una catástrofe emocional.
Y no te lo perdona, no te perdonará nunca lo que le has hecho.
Es como si le hubieras arrebatado de golpe todos sus derechos,
todos sus privilegios.
Y ahora le toca convertirse en víctima y como tal actúa.
Mientras tanto, tú creerás que su imagen asoma por todas las puertas,
por todas las esquinas.
Creerás verlo en cualquier sitio.
Escucharás su voz aún sin estar presente.
Los sueños de ayer, serán las pesadillas de hoy.
Porque su voz quedó grabada a fuego en tu mente,
a base de tanto repetir siempre lo mismo, como una martilleante tortura.
Y en algún momento pensarás que realmente estas tan loca como él decía.
Y desearás su muerte.
Y te culparás y te sentirás mal por desearle la muerte.
Porque te enseñaron que la muerte no se le desea a nadie.
Pero es que nadie sabe hasta donde llega la mente perversa del maltratador.
Y es necesario que te desprendas de la culpa,
de soltar la vergüenza.
De reconocer sin complejos que te has equivocado.
Que el miedo no te paralice.
Mantente firme en tu idea, por más que te duela.
Si deseas llorar, llora, si gritar, grita, si maldecir al mundo, hazlo,
que tanto sufrimiento acumulado ha de salir al exterior por alguna parte.
Pero ni un paso atrás, porque ahora SÍ estás en la senda adecuada.
DEJAR AL MALTRATADOR (II)
Vendrán sus promesas de cambio,
sus juramentos, sus lágrimas y su arrepentimiento,
su amor sin límites.
Falso, todo falso.
Mentira, todo es mentira.
Si hay algún cambio, siempre será a peor.
Ya ha quedado suficientemente demostrado
que los maltratadores no cambian.
No tiene soporte personal para sostenerse.
Su vida es una mentira.
Una farsa a la que tu acabas de arrancarle la careta.
No creas nada.
Ya has podido comprobar infinidad de veces que miente como nadie.
Y la habilidad extraordinaria que tiene para manipular las palabras y los hechos.
Buscará la manera de herirte, sin reparar en medios ni en formas.
Usará todos los recursos personales y materiales que encuentre a su paso.
Te perseguirá con rabia y odio, sin descanso.
Te acechará como un lobo hambriento por las esquinas.
Lo que has hecho le resulta una traición.
Y te culpará por ello. Y te culpará por todo. Como siempre.
Pero ahora con más rabia.
Todos, absolutamente todos los maltratadores
llaman a sus víctimas putas y locas.
Tú no vas a ser la excepción.
Te adjudicará amantes masculinos o femeninas, da igual. Solo busca herir.
Se alimentará de tu miedo, de tu debilidad, de tu pena y tu vergüenza.
No le des esa satisfacción.
El sabe que sin ti, va a deambular por la vida cargado de odio,
de rencor, de resentimiento hacia ti, hacia el mundo y hacia sí mismo.
Y te busca para descargarlo todo contra ti y liberarse.
Es un canalla.
Traidor sin escrúpulos.
Perverso y obsesivo.
Y cuando mas tranquilas estés,
cuando menos lo esperes,
cuando has creído que todo había terminado,
que por fin te habías desprendido de él
aparecerá nuevamente con fuerzas renovadas.
Como si no hubiera pasado el tiempo.
Como la hiena salvaje que es.
Sin piedad, sin miramientos….
Caiga quien caiga.
Tratará de colarse de nuevo en tu vida
por cualquier fisura que encuentre abierta.
Aprovechará cualquier descuido.
Tendrás la sensación
de que está pegado a tu vida como una lapa de forma inseparable.
En cierto modo es así aunque tú no quieras.
Es un maltratador, con sed de dominio,
con ansia de poder que solo es capaz de obtenerlo robándoselo a otro.
Controlador incansable.
Miserable y ególatra.
Ladrón de autoestima, de energía, de alegrías.
Chupasangre, vampiro de emociones.
Es un robavidas.
Pero no está loco.
Los locos no seleccionan a sus víctimas,
ni planifican al detalle, ni traman estrategias y argucias
para sorprender a veces con precisión milimétrica.
No es un enfermo, aunque su comportamiento sea enfermizo.
Necesita sentirse poderoso
y cuando no tiene esa superioridad, la provoca.
Todo de forma natural, porque actúa por convicción.
Por eso, solo merece el lugar que le corresponde a los maltratadores.
No escuches las palabras, los mensajes que,
de alguna manera,
trate de hacerte llegar,
recurriendo para ello a quien haga falta.
Están todos envenenados, o son ruinosos, como todo lo que viene de él.
Otras veces sus mensajes no tendrán otra intención
que la de “darte que pensar” o como vulgarmente se dice,
“comerte la cabeza”.
No le des más valor que lo que es:
un simple maltratador, una escoria humana que sobrevive a costa de otros.
Así seguirá siempre,
hasta que se consuma
y se hunda dentro de su propia miseria,
dentro de su propia mierda, víctima de sí mismo.
DEJAR AL MALTRATADOR (y III)
Un día creíste que era el príncipe azul que siempre soñastes,
y creíste además, era inteligente.
Hoy sabes que todo fue una fascinación, un espejismo:
en realidad no es mas que un controlador,
manipulador, falso y mediocre.
También creíste que te quería con locura
porque te hizo sentir como una reina
y te prometió un futuro a su lado brillante y feliz.
Hoy no te queda ni una sola razón para permanecer a su lado.
Porque has despertado, y has comprobado que el amor es otra cosa.
Tu tampoco estabas enamorada…..
Estabas anestesiada y llena de miedo.
Pasará el tiempo y un día verás que llega el sol a tu vida
y las cosas van adquiriendo color.
Dirige todo tu esfuerzo no a olvidarlo
-que eso es imposible, al menos de momento-
sino a recuperar tu autoestima,
a sanarte, porque estás rota.
A volver a ser la persona que fuiste antes de que irrumpiera en tu vida
como un huracán.
Verás como creces
y te vas haciendo más grande, como mujer y como persona.
Es muy bello ir superando etapas.
Te sentirás tan bien como se sienten las personas vencedoras,
las personas libres, las que han dejado atrás el lastre de una pesada carga.
Con toda la satisfacción de saberte una superviviente.
A pesar de todo,
llegarán días difíciles.
Sentirás necesidad de arrancarlo de tu cabeza, de tu vida.
Ahora mismo es imposible,
pero te aseguro que llegará un día en que no será más que un mal recuerdo.
Tendrás dudas e inseguridades, tendrás retrocesos...
En algún momento creerás morir.
Y pasará mucho tiempo sin que seas capaz
de encontrar respuestas que te convenzan.
Sentirás que te duele el alma.
Sentirás necesidad de reprocharle a la vida lo que te tenía reservado.
Parecerá que la cabeza te va a saltar en pedazos.
Vendrás muchos ¿porqués?
Pero no es momentos de buscar respuestas.
Las respuestas llegarán solas, poco a poco.
Es momento de recuperarte,
de quererte mucho,
de ser generosa e indulgente contigo misma
porque lo que hoy ves como una derrota,
como un fracaso,
lo vivirás mañana como la mejor batalla de tu vida.
Cuando lo necesites, pide ayuda.
Una carga muy pesada para una sola.
Busca la ayuda de tus seres queridos.
Aunque siempre fuiste fuerte, ahora lo necesitas.
Porque necesitas reconstruirte, repararte,
unir todos los trozos de tu vida que han quedado dispersos
como un jarrón de porcelana estrellado contra la pared.
Quiérete mucho, quiérete por encima de todo.
No te juzgues y mucho menos te condenes.
Ya te condenó la vida al ponerte a este monstruo en tu camino.
Con tu paso, estás marcando tu historia personal
y la historia de muchas mujeres.
Y gasta todo tu esfuerzo en vivir, en vivir dignamente.
Sin sometimiento, sin controles, sin cadenas, sin grilletes.
Llegará un día en que te felicitarás por ello,
en que te sentirás muy orgullosa por lo que acabas de hacer.
Y llegarán más días en que muchas mujeres te felicitarán por ello.
En realidad, la sociedad te felicitará por ello.
¡¡¡VIVE!!!