De todas las campañas del Gobierno contra la violencia de género esta última me parece la mejor: “No te saltes las señales”. Y me lo parece porque incide en tema clave para la lucha contra la violencia machista: no centrarse en las muertes, alertar a la mujer a dar un paso al frente ante el maltrato, ante las primeras señales de estar siendo sometida al intento de dominación machista.
Son muchas, demasiadas, las personas que siguen pensando que hay que soportar las humillaciones, las vejaciones, los insultos, la imposición de medidas despóticas en el vestir o en las salidas, en el control de las acciones sobre la mujer. Eso ha pasado siempre…hay que soportar determinadas cosas en las relaciones de pareja… Y se “ve” mal que una mujer diga “basta ya” a las primeras de cambio, por decirlo de algún modo. ¡Los que es delito es delito, grande o pequeño pero delito! Y no es posible el verdadero amor cuando el delito aparece.
Además, esos delitos son una señal de alerta para la mujer. Si el hombre siente que esas dominaciones no consiguen su efecto –la mujer es propiedad suya- seguirán dando pasos sucesivos, y muchas veces hasta el último: el asesinato. Y la mujer debe atender a esas señales. Debe hacerlo porque son delito y porque “pueden anunciar” acciones de mayor gravedad y consecuencias. Y la sociedad debe aprender –para comprender la hondura de la violencia machista- a acompañar a la mujer en los primeros pasos que esta da para alcanzar la libertad y divinidad que le corresponden como persona.
Estoy escribiendo estas líneas con el dolor grave de la noticia de los dos últimos asesinatos –a puñaladas- de dos mujeres a manos de su pareja y de expareja. ¿Se hubieran podido evitar esas muertes si la mujer hubiera acudido a la Justicia ante las primeras señales de alerta de estar siendo maltratada? No lo se, no se que hubiera pasado en estos dos casos. Pero si estoy seguro que las reacciones ante las primeras señales de alerta ante el maltrato, pueden evitar muchas muertes. Y puede, y es esencial, devolver la dignidad a muchas mujeres, a todas aquellas que rompan su silencio ante un atentado contra su dignidad.
José Antonio Burriel
José Antonio Burriel