viernes, septiembre 13, 2024

LAS PREGUNTAS DE LAS MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

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Las mujeres víctimas, sin excepción siente una grandísima confusión mental hasta el punto de que frecuentemente creen estar volviéndose loca. Y es que no puede ser de otra manera: están viviendo una historia de amor (al menos eso cree ella) con su enemigo (pero ella no lo sabe). Esta situación las llevan a perder totalmente la perspectiva de la relación y las dudas y las preguntas le golpean la mente insistentemente. Ya no comprenden la diferencia entre respetar y no respetar, entre amar y sacrificarse, entre entregarse y humillarse. 

Presentamos algunas de sus dudas más habituales, con sus respuestas desde el punto de vista psicológico: Es el resumen de un texto que encontré en la red y me resultó extraordinariamente interesante. 

¿Los maltratadores saben amar?
No, los maltratadores no saben amar. Bueno, en realidad no conocen ningún sentimiento noble, carecen de empatía y de cualquier habilidad social. También carecen de emociones.  Sólo se aman a sí mismo y además se aman mal. Son ególatras y se aman de una manera distorsionada, enfermiza, dañina. Son personas solas, inseguras, frustradas y muy infelices. 
Pero es normal que a veces pueda parecer que son capaces de querer a alguien, que son capaces de amar. En apariencia y especialmente al inicio de la relación aparecen como amantes extraordinarios, como magníficos seductores, como si tuviesen más capacidad de amar que nadie. Nada más lejos de la realidad.

¿Él me quiere? 
No. Es probable que tenga dependencia emocional, que te necesite por sus propias carencias, pero no te quiere. Nadie que te quiera te hará daño a propósito. El amor es cariño mutuo, aceptación mutua, comprensión mutua. Seguramente él te repite continuamente que te quiere, y es muy posible que tú desees creerle con todas tus fuerzas.  Es normal, pero debes esforzarte por abrir los ojos. Tú mereces algo más. Tu vida podría ser hermosa, podría estar llena de risa, de felicidad, de días en los que no tuvieses miedo. Abre los ojos. El amor, bien comprendido, nos hace irradiar felicidad. ¿Te has preguntado que irradias tú? 

¿Está enfermo? 
No, los trastornos de la personalidad no entran en el terreno de la patología. Todos hemos tenido experiencias que nos han construido como personas, y gracias a ellas somos lo que somos ahora. Por lo general, las personas sabemos utilizar esas experiencias para que nos hagan crecer y aprender. Pero hay quienes no saben extraer enseñanzas positivas de lo que les sucede y se convierten en seres atormentados, sin valores humanos o sociales, que hacen sufrir a todo aquel que se cruza en su camino. Si tú eres esa persona quizá creas que él, por amor, cambiará. Pero él NUNCA podrá hacerlo sin la ayuda de un psicólogo, y a veces ni tan siquiera es posible de este modo. Si él realmente quiere cambiar, acudirá a una consulta. Si no, es que no tiene la menor intención de cambiar. No te engañes y huye a tiempo. 

¿Dónde queda eso de "para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad...", si le abandono? 
La frase completa empieza por "prometo amarte y respetarte", y la pronuncian tanto el hombre como la mujer. Si esta premisa la cumplen ambos, entonces el resto de la frase tiene sentido y razón de ser. Si no, no. Cuidado, no saques las cosas de contexto y no te empeñes en sentirte culpable. Recuerda que hay que dar, pero también recibir. 

¿Quién es él realmente, el de los buenos momentos o el de los malos? Él es él, y no puedes dividirlo en dos. Es lo que vives día a día, y de nada sirve pensar que es el de los buenos momentos, como si los otros no existieran. Esos momentos existen y existirán siempre, a menos que se someta a tratamiento psicológico, y aun así no hay garantías de éxito. No te empeñes en dividirlo en dos. Es como preguntarte quién eres tú: la que duerme por las noches o la que está despierta durante el día. Eres tú, siempre. 

Si llora viendo películas, ¿no quiere eso decir que es sensible y de buen corazón? 
Probablemente, al fin y al cabo nadie dice que los maltratadores no sean sensibles. Al contrario, lo son, y suelen tener graves carencias afectivas y un nivel mínimo de autoestima. El problema es que les afecta más aquello en lo que no se ven implicados que lo que les sucede a ellos o a su entorno. Normalmente se aíslan del dolor que les rodea. Sin embargo, una película no supone ninguna amenaza para ellos, no les pide nada, no tienen que dar nada. A una película no la tienen que controlar. 

Si no me aporta nada, ¿por qué no puedo decidirme a dejarle? ¿Soy tonta? 
No. Has sido manipulada y quizá tengas síntomas de dependencia emocional. Estaría bien que acudieras al psicólogo para que te ayudase a superarlo. No eres tonta. Muchas mujeres están pasando por lo mismo que tú. Mujeres inteligentes, hermosas, instruidas, con carrera. El 90% de las personas somos vulnerables a la manipulación, y a veces sólo nos damos cuenta cuando es demasiado tarde. Los manipuladores en general, y en concreto los maltratadores, se aprovechan de los buenos sentimientos de los demás para hacer con ellos lo que quieran, y son expertos en ello. No te sientas culpable por ser víctima de un maltrato o manipulación. Pero sería bueno que tuvieras presente el objetivo de liberarte de ello. 

Soy psicóloga, ¿no debería ser especialmente fuerte para salir de esto? 
No. Estudiar las emociones humanas y los trastornos y patologías de la psicología puede llevar los cuatro o cinco años de la carrera, pero controlar las propias emociones es una asignatura que lleva toda la vida. Del mismo modo que puedes conocer todas las piezas de un automóvil y no saber conducirlo, puedes conocer todos los entresijos de las emociones humanas y no saber controlarlas. La experiencia de enfrentarte a tus emociones es nueva cada día y esa asignatura, sin duda la más dura, tienes que estudiarla por tu cuenta para aprobar el examen de la vida. 

¿Por qué siento que lo hago todo mal? 
Es probable que él haya ido minando tu autoestima hasta el punto en que sientes esto. Empiezan por criticar pequeñas cosas, que tú corriges, deseosa de gustarle, sin darles mayor importancia. Por ejemplo: tu forma de vestir, tu peinado... Luego pasan a criticar cosas que no es tan fácil corregir, generalmente conductas que siempre has tenido y que de pronto parecen encontrar insoportables. Tú intentas cambiar para adaptarte a él, pero te das cuenta de que cada vez te exige más, y sientes que no das la talla, que no eres lo suficientemente buena para él. Cuando esta situación se alarga en el tiempo, tu autoestima se va a pique y entonces es cuando él tiene poder absoluto sobre ti para chantajearte y manipularte a placer. Te desvaloriza por todo, protesta, critica y se enfada por tantas cosas que se produce el efecto llamado "indefensión aprendida". Esta indefensión consiste en que, tras intentar muchas veces cambiar de conducta para evitar los castigos, llega el momento en que, al ser estos impredecibles, el sujeto se queda paralizado, incapaz de actuar. Deduce que nada de lo que haga podrá cambiar la situación. 

¿Soy tan mala persona como creo? 
No, pero lo mejor que puedes hacer para convencerte es preguntarles a tus amigos y familiares, a personas de confianza que de verdad te aprecien, de las que sepas que conocen tus virtudes y defectos y que, además, sepan escucharte y comprenderte. Pregúntales y sin duda te darán una respuesta fiable, y casi con toda seguridad, te levantarán el ánimo. Es muy reconfortante que la gente a quien quieres te diga que eres buena persona. No te prives de ello, todos necesitamos de vez en cuando que nos digan que hacemos las cosas bien, que somos buenas personas, que somos válidas. Regálate los oídos con sus cumplidos y no te sientas culpable por escucharlos. Tú también mereces sentirte bien.

¿Por qué me da miedo leer artículos sobre maltrato, o incluso esta página? A nadie le gusta que le digan que ha sido víctima de un manipulador o maltratador. Es algo desagradable, y las personas tendemos a querer evitar las cosas que nos resultan desagradables. Es normal, además, que tengas miedo de perder esa última esperanza a la que te aferras desesperadamente. Tú, que quizá creías en el amor para toda la vida, de repente te encuentras con páginas como esta en las que se afirma que eso que tú vives no es amor... Es duro, sin duda, y si estás leyendo esto significa que eres muy valiente, que tienes fortaleza de espíritu y un férreo carácter. El miedo por sí mismo no es malo si sabemos controlarlo y no nos dejamos llevar por él. ¡Ánimo y sigue leyendo!

¿Qué será de mí sin él? 
Ya sé que suena a frase hecha, pero el tiempo pasará y un día todo habrá quedado atrás. Al principio es probable que sientas un síndrome de abstinencia similar al que sufren los drogodependientes, el conocido "mono". Sentirás que necesitas llamarlo para sentirte bien. Tienes que evitarlo a toda costa. Llama a tus amigos, apúntate a cursillos de todo lo que se te ocurra, visita a tu familia, ve al cine y al teatro... Distráete todo lo que puedas. Un día, de pronto, te darás cuenta de que lo has superado, de que el ansia de llamarle ha desaparecido. Y te sentirás bien, y podrás rehacer tu vida como cualquier mujer. Y con una importante experiencia de la cual extraerás muchas enseñanzas que te ayudarán a encontrar, esta vez, a un buen hombre que te quiera de verdad, o que te enseñarán a valorar tu soledad como fuente de tranquilidad y sosiego.

 ¿Es cierto lo que él dice, que nadie más que él me va a querer? 
Lo que él quiere es aislarte, hacerte sentir poco atractiva, poco inteligente, incapaz de atraer a nadie, pero eso no refleja más que el miedo que él tiene a no poder retenerte con sus perversas manipulaciones. De todos los comentarios que puede hacerte, este es uno de los peores, pues ataca directamente tu sentimiento de ser una persona válida. Escuchar este tipo de expresiones durante un período de tiempo prolongado puede hacer que la persona más segura del mundo se venga abajo. Piensa que, si necesita decirte eso para controlarte, ¡es porque teme lo contrario! Imagina por un momento que tú sintieras que cualquier hombre puede enamorarse de ti, porque eres inteligente, bella, sensible... ¿Seguirías con él? Claro que no. Y él lo sabe, y tiene un miedo atroz a que resultes atractiva para alguien que, un día, te demuestre que lo que él te daba no era, ni mucho menos, amor, sino un trato denigrante que no mereces.

¿Podría ayudarnos una terapia de pareja? 
No. Las terapias de pareja ayudan sólo cuando hay amor y respeto en la base de la relación y cuando se parte desde la igualdad y no desde el desequilibrio.  En vuestro caso hay dependencia emocional, probablemente. La terapia no es, por tanto, aplicable. Además, la terapia de pareja suele conllevar que los cónyuges acepten llegar a acuerdos, cediendo un poco en ciertos aspectos para conseguir salirse con la suya en otros. ¿Crees que tu cónyuge es capaz de llegar a acuerdos y respetarlos? Si la respuesta es no (y procura ser sincera contigo misma) la terapia será inútil. 

He oído que algunos maltratadores dejan de serlo, ¿no puede ser este el caso? 
El porcentaje de maltratadores que consiguen reeducarse es ínfimo, pero a veces se da el caso. Si tu cónyuge es uno de ellos, sin duda aceptará ir al psicólogo. Si no quiere ir, está claro que pertenece al porcentaje mayoritario. Y si acepta ir al psicólogo, ya es un paso, pero entonces deberás preguntar al psicólogo sobre lo que él opina y tener muy en cuenta su opinión. Eso sí, procura ir a un psicólogo serio, no vayas a un charlatán que aproveche la coyuntura para tener cientos de sesiones con tu cónyuge y hacerse rico a vuestra costa sin ayudaros en nada. 

Yo también le grito y reacciono con rabia, ¿no serán motivos para que él reaccione con violencia, desprecio, indiferencia...? 
La violencia nunca es justificable. Nunca. En cuanto al desprecio y a la indiferencia y a otras emociones negativas, es importante detectar cuándo se producen. ¿Quién empieza? ¿Por qué? ¿Es una reacción desproporcionada? Todas las personas discuten y muchos gritan y hacen comentarios desagradables. La diferencia es que los maltratadores cambian de humor en un instante y reaccionan desproporcionadamente ante minucias, castigándote por ello como si hubieras hecho algo terrible y como si ellos fuesen el juez que ha de dictaminar tu sentencia ante tu imperdonable negligencia. Que una camisa no esté planchada no es terrible, como no lo es que se enfríe la comida, o que llegues diez minutos más tarde de la cuenta a casa, o que la cama tenga arrugas, o que el café esté demasiado cargado. Es posible que tú hayas perdido la perspectiva de lo que es desproporcionado o no. En este caso, pregunta a amigos y familiares que te quieran, y ellos te dirán si la reacción es adecuada o no. Fíate de sus respuestas, desde fuera todo se ve mucho más claro por regla general. 

¿No es mejor para nuestros hijos que sus padres estén juntos a pesar de la situación de violencia?

¡Al contrario! Los niños son muy listos. Los niños observan, analizan lo que ven y aprenden con el ejemplo, y si lo que ven en su hogar es un comportamiento agresivo, se acostumbrarán a él y no tardarán en querer imitarlo, considerando que esos son los roles que se espera de ellos. Si es niña, es muy probable que crezca creyendo que es normal que la mujer sufra maltrato, pues eso es lo que ha visto siempre. Y si es niño, tal vez desarrolle la agresividad que se supone que se espera de él como hombre. Los niños son los más vulnerables. ¡Protégelos! Es mil veces preferible una vida tranquila con uno solo de sus padres, a una vida de violencia, física o psicológica, con los dos.


El maltratador es consciente de sus actos?

Te aseguro que el maltratador es clara y plenamente consciente de todos sus actos, los cuales, planifica y estudia pormenorizadamente con cálculo, premeditación y frialdad y sin prisa por llevarlo a cabo. Su comportamiento no es producto de un arrebato ni de un mal momento, sino que es algo como digo estudiado, planificado, con intención y con un mensaje corrector: "Te castigo para que aprendas, y me obedezcas...."
Lo que ocurre es que él "no considera" que sea maltrato lo que te hace, ya que se encuentra con todo el derecho a ejercer poder y violencia sobre ti, se siente completamente legitimado para actuar como lo hace.  El maltratador, ejerce un falso paternalismo sobre la víctima y se considera con el derecho a "corregir" sus "errores", sus "desvíos". El se cree con el derecho a implantar justicia, "su justicia" como valor único, empleando su fuerza y su poder, si es necesario, porque se considera tu dueño. 
El maltratador percibe su realidad como única; para él, no existen mas realidades que la suya. Ten en cuenta que te considera un ser inferior, débil, que no sabe caminar sola por el mundo y por tanto, se siente legitimado a actuar como lo hace. El no se considera maltratador, él se considera "administrador de justicia", es decir, te castiga, porque según su código, tu eres mala. 
Pero aparte de todo lo anterior, el agresor siempre podrá esgrimir mil y una razones para justificar lo que hace, incluida la inconsciencia.  

Se arrepiente el maltratador? 

Frecuentemente la mujer víctima llega al siguiente planteamiento, “Me pide perdón llorando. ¿Está realmente arrepentido? ¿Debo creerle? ¿Debo darle otra oportunidad?” 

Efectivamente, tras la fase de explosión, el maltratador suele entrar en una especie de arrepentimiento, para lo cual no duda en realizar todo tipo de juramentos, promesas y manifestaciones de calado suficiente que hagan conmover a la propia víctima. 
Este arrepentimiento no es sino un acto más, transitorio e irreal, de conveniencia; un gesto que el agresor usa para su utilidad, para su beneficio y ventaja, motivado básicamente, por el temor al cese de la relación, para evitar la separación,  la pérdida del vinculo con la pareja y que, como todo lo que hace, forma parte de su estrategia, del círculo del maltrato. 
Es importante saber que pide perdón  por las consecuencias de sus actos, pero no por los hechos en sí mismos. El suyo es un arrepentimiento condicionado e interesado. En ningún caso es un arrepentimiento auténtico, ni un deseo de restaurar el daño causado, ni la más mínima intención de modificar  su conducta, porque en realidad, no hay arrepentimiento, no hay propósito de enmienda, por mucho que lo jure. El maltratador está seguro de haber actuado con total legitimidad, como corresponde a su nivel de hombría y no tardará en volver a manifestar sus verdaderas intenciones. 

No hay que creer jamás en el arrepentimiento de un maltratador. La petición de perdón y sus muestras de arrepentimiento son dos eslabones mas en la cadena de maltrato. 

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