Se llama violencia
de género porque su causa es el género.
Esta violencia
tiene su origen en los condicionantes socioculturales patriarcales que
clasifica a las personas jerárquicamente en función de su sexo percibido y que otorga
superioridad al hombre y relega a la mujer a un papel secundario.
Es, por tanto, una
expresión de las relaciones históricamente desiguales entre mujeres y hombres.
Es una violencia específica,
con características e identidad propias que la hacen diferente de otros tipos
de violencia. Es una violencia que va exactamente del hombre hacia la mujer por
el mero hecho de serlo, es decir, porque es mujer.
La violencia de género no es un fin en sí misma, sino una herramienta de poder, es el
medio del que se vale el machista violento para imponerse y conseguir el
dominio, la supremacía, el control sobre
la mujer por lo que cada acción lleva un mensaje implícito. Es un maltrato no
solo de castigo, sino de aleccionamiento. Es la forma que el machismo tiene de
"educar", de "corregir" a la mujer que no acata la
superioridad del género masculino.