jueves, julio 23, 2020

LA MUJER MÁS IMPORTANTE DE MI VIDA


Esta "Declaración de intenciones" la publiqué hace mas de 5 años. Pero creo que no está de más traerla de nuevo a la primera página

Soy mujer, una mujer de mi tiempo y estoy orgullosa de serlo.

Represento, junto con las otras mujeres, la mitad de los seres humanos, la mitad de las personas que habitan este planeta. Por tanto, tengo la responsabilidad de velar por el bienestar y el reconocimiento del feminismo como ideología de equilibrio e igualdad,  como principio de justicia social.

Quiero, en primer lugar, dejar constancia de mi agradecimiento a todas aquellas mujeres que, desde un ilustre sillón o desde el más humilde anonimato, han trabajado, han luchado y han abierto el sendero para que hoy todas podamos transitar por este presente de progreso, de libertad,  próximo a la igualdad.

No obstante, aún quedan muchos caminos que recorrer.

Por ello, asumo el deber de colaborar, en la medida de mis posibilidades, a la creación de una sociedad más igualitaria, más justa y mejor. Ese es mi deber para conmigo misma y mi compromiso para con el resto de las mujeres.

Reconozco, aprecio, admiro la figura del hombre en nuestra sociedad, como esa mitad de la población que representa. Admito la diferencia que nos separa, aspecto este que ni envidio, ni trato de imitar y/o superar, en ningún caso. Y acepto con respeto las diferencias sin espacios neutros que justifiquen desigualdades.

La mujer en nuestros días tenemos al alcance muchos medios para promocionarnos y desarrollarnos como seres independientes y libres, sin obviar responsabilidades y sin necesidad de recurrir a disparates, extravagancias o falsos protagonismos.

Seguiré desarrollando la inquietud por aprender nuevas cosas, por ampliar mis aptitudes naturales y mis cualidades innatas, así como la ilusión por mejorar cada día. Ser productiva tanto para mi propio desarrollo personal como para mi familia, engrandeciendo así a la sociedad a la que pertenezco...

Igualmente, me comprometo a seguir luchando por conseguir las metas y los objetivos que me proponga con el fin de potenciar la digna identidad, sin miedo y sin complejos. Sé que no hay nada más reconfortante que  poder valerse por una misma y al mismo tiempo sentirse útil para para la sociedad.

Del mismo modo, me comprometo a salir a la vida y elegir por mí misma el camino a recorrer. Y en aras a obtener una mejor consideración y estima, que mi actuación se traduzca en dignidad y respeto, para mí y por todas las demás mujeres y ser así valoradas como nos corresponde.

Me comprometo igualmente a no abandonarme a la monotonía y a la rutina de una vida gris, anodina, servil y mediocre, ni perder las ilusiones que aporten a mi vida entusiasmo, alegría y un sano protagonismo.

Finalmente, prometo ser generosa, salir a la luz, hacerme visible para los demás y las demás, pero especialmente hacerme visible y generosa a mí misma.

Reconocer mis errores sin llegar, en ningún caso, a torturarme por ello y siempre con el propósito de aprender y mejorar. Pero también, reconocer mis cualidades y mis facultades y saber felicitarme por ello cuando sea menester, sin que ello suponga ostentación o fanfarronería.

Prometo también dedicarme más tiempo, para disfrutar de lo que me gusta, a todas aquellas actividades que me proporcionen una nueva dimensión personal y social.

Reconocerme y respetarme en fin, como lo que soy: lo más importante de mi vida.

Y cada amanecer, me dedicaré la primera sonrisa del día, mientras que con un cariñoso impulso me diré aquello de... ¡¡¡ANIMO, mira de frente al mundo con tus gafas de color violeta!!!

 DEJAR AL MALTRATADOR, SOBREVIVIR AL MALTRATO




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