La campaña del lazo blanco como símbolo de la lucha contra la violencia de género nació en Canadá. En dicho país, a finales de los años 80, aconteció un hecho que conmocionó a todos: el 6 de diciembre de 1989, en una Escuela Politécnica de Ingeniería en Montreal fueron asesinadas 14 chicas por el solo hecho de cursar una carrera destinada a hombres. El asesino, al grito de ¡¡¡“feministas”!!!, se introdujo en la clase de la facultad y las mató.
En el año 1991 un grupo de hombres pensaron que tenían la responsabilidad de implicarse e implicar a otros hombres en hacer algo para que hechos así no sucediesen más. Y entendieron igualmente que lo primero era dejar de permanecer en silencio para lo cual utilizaron como símbolo un lazo blanco que comenzaron a distribuir entre la población.
A partir de esa fecha, la campaña se ha seguido realizando todos los años y se ha ido expandiendo internacionalmente.
Esta campaña propugna que no te quedes callado, que no te quedes callada, sino que denuncies y desafíes a otros hombres a examinar sus actitudes hacia las mujeres. Un hombre que guarda silencio ante la violencia contra las mujeres es parte del problema.
Llevar el lazo blanco significa aceptar el compromiso personal de no cometer, permitir, ni silenciar la violencia contra las mujeres.
En el año 1991 un grupo de hombres pensaron que tenían la responsabilidad de implicarse e implicar a otros hombres en hacer algo para que hechos así no sucediesen más. Y entendieron igualmente que lo primero era dejar de permanecer en silencio para lo cual utilizaron como símbolo un lazo blanco que comenzaron a distribuir entre la población.
A partir de esa fecha, la campaña se ha seguido realizando todos los años y se ha ido expandiendo internacionalmente.
Esta campaña propugna que no te quedes callado, que no te quedes callada, sino que denuncies y desafíes a otros hombres a examinar sus actitudes hacia las mujeres. Un hombre que guarda silencio ante la violencia contra las mujeres es parte del problema.
Llevar el lazo blanco significa aceptar el compromiso personal de no cometer, permitir, ni silenciar la violencia contra las mujeres.