miércoles, mayo 29, 2024

MACHISTA & NARCISISTA

El narcisismo es un rasgo, un trastorno de la personalidad. Básicamente se trata de alguien que tiene un sentido exagerado de su propia importancia, que tiene la necesidad de ser el centro de atención y no aceptan criticas en contra. Su relación con las demás persona se basan siempre en manifestaciones de superioridad. 

El machismo es una ideología de género que promueve la superioridad del hombre sobre la mujer en todos los ámbitos de la vida. Tiene su raíz en la cultura patriarcal y está férreamente instaurado en la propia estructura social.  Cuando el machismo se vive con violencia, estamos la violencia machista o violencia de género. 

Ahora bien, el narcisismo no tiene por qué llevar aparejado machismo, este trastorno también puede padecerlo una mujer, pero el machismo sí tiene mucho de narcisismo. Los hombres machistas se tienen en muy alta estima y les encanta competir con otros hombres incluso se retan a sí mismos, en una escala de valores también machistas que tanto juego social da, ya que cuenta con el apoyo de la sociedad.  Es algo independiente de su condición biológica, es un símbolo, una seña de identidad y necesitan sea reconocido en la propia sociedad machista. Digamos que se retroalimenta. Es por eso que el machista necesita constantemente alardear y manifestar conductas y actitudes que sacien su ego. 

miércoles, mayo 15, 2024

EL MALTRATADOR, ESE NARCISISTA PERVERSO

 "Él se acercó a ti y te buscó siempre con la peor y más cruel de las intenciones. Es un monstruo, un canalla, un depredador emocional insaciable que no sabe diferenciar un ser humano de una piedra tirada en el camino.

Pero es también el perdedor por excelencia porque ni su juego siniestro ni su estrategia perversa consiguen apaciguar su inseguridad, su frustración, sus miserias y su infinito vacío interior"  C.M. 


Dentro del maltrato psicológico en las relaciones con violencia hacia la mujer se da, a veces, una peligrosa variante que se conoce como “narcisismo perverso”, que a menudo se niega o se le quita importancia y se reduce a una mera relación de dominación. Dicho de una forma simple, el perverso narcisista es alguien con un narcisismo exacerbado mezclado con marcados rasgos de perversión moral. Comprende dos trastornos de personalidad fusionados y potenciados.
Trastorno narcisista: necesita, incansablemente, ser admirado. Búsqueda excesiva de reconocimiento y de empatía son marcadores de este tipo de trastorno. 
La perversión: Es la tendencia a querer satisfacer deseos y necesidades personales a costa de otras personas y utilizarlas para fines propios. 
El perverso narcisista es una persona sin capacidad de empatía real o mejor, su empatía es más bien utilitaria, pues sólo reconoce las necesidades de la otra persona en la medida que sirvan a su propio beneficio. 
Una extraordinaria insensibilidad rige su vida. Necesita, ante todo, hundir a la otra persona porque la destrucción psicológica de la víctima es su triunfo, es su victoria. Embaucador, chantajista, timador,  impostor,  embustero, estafador, farsante, diabólico, necesita exportar toda esa carencia de valores, porque él mismo no lo soporta e importar todas las cualidades de la víctima, absorber toda su energía. El vampirismo emocional y el estilo de vida parasitario -gusta de vivir a costa de su pareja-  son otros de los rasgos característicos de estos individuos aunque sean aspectos que siempre intente enmascarar. 
Puede usar con habilidad métodos y/o estrategias para desestabilizarla como por ejemplo: hacer alusiones desagradables sin llegar a aclararlas nunca, atacar a sus hijos con críticas, poner en tela de juicio sus capacidades de juicio y decisión, criticar todo del pasado de la víctima  y usar en contra todo lo que esta le ha contado con confianza en su momento, martirizar a la víctima con relaciones del pasado, etc. Es suficiente que la víctima revele sus debilidades para que el perverso las explote inmediatamente contra ella. 
Suelen ser personalidades muy seductoras, muy carismáticas, realmente engañosas, porque de cara al exterior, nada hace sospechar de su condición. Mientras tanto, la víctima no se da cuenta de que la están forzando, según se halla atrapada en una tela de araña, atada psicológicamente, anestesiada y a merced del que la domina, sin ser plenamente consciente de ello. 
Una relación conducida por un perverso narcisista constituye una asociación letal: la posición de confusión y de incertidumbre es permanente y la denigración y los ataques subterráneos son sistemáticos. 
El peor aspecto de este tipo de malos tratos es la tortura mental que supone vivir aterrorizada de forma permanente. El trato vejatorio y humillante tiene como objetivo acabar con el equilibrio y resistencia psicológica de la otra persona, provocando así su desgaste físico y emocional. El perverso trata de debilitar mentalmente a su pareja para poder transferir mejor sus ideas. Así, el dominador puede llegar a apropiarse de la mente de la víctima, igual que en un verdadero lavado de cerebro.  
La violencia del perverso es indirecta, no deja marcas físicas ni heridas no hay rastro, no hay sangre ni cadáver, nada que incriminar, desde fuera, todo es normal; pero sí daños psicológicos que pueden ser muy graves. Este tipo de violencia constituye un tipo de acoso moral, es decir una repetición frecuente, intencionada, indirecta, invisible y muy peligrosa.   

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