LAS SEÑALES DE ALERTA
- Se instala en la vida de la víctima de forma repentina como un príncipe azul, seductor, romántico, conquistador. El compromiso surge de inmediato
- Superada la fase de conquista, aprovecha la mayor vulnerabilidad de la pareja para manifestar su verdadera intención
- Comienza a revelar cierta dosis de hostilidad y desconfianza hacia ella que va aumentando a medida que avanza en la relación. Para los demás puede seguir siendo una persona encantadora
- Paulatinamente presenta conductas (por acción u omisión) dirigidas a ridiculizar, menospreciar, reducir, anular y humillar y conductas en general muy restrictivas de los derechos y libertades más básicas y personales de su pareja. Esta conducta se mantiene a lo largo de toda la relación
- Sutilmente la vigila y controla todos los movimientos; sus amistades, el móvil, correo electrónico y redes sociales. Pide las claves de acceso como prueba de amor. Esto va creciendo a medida que avanza la relación hasta convertirse en obsesión
- Agudiza el control: el aspecto físico, su vestimenta, su peinado, fiscaliza sus formas en general. Controla igualmente de forma obsesiva las compras, los gastos y el dinero de ella
- Manifiesta celos irracionales e injustificados como demostración de un amor que asegura diferente e infinito; celos que va aumentando hasta lo patológico. Pone a prueba a la pareja
- La acusa injusta y caprichosamente de infidelidad, sospechando de los hombres y mujeres de su entorno. Cierra el círculo en torno a los dos. Blinda la relación
- Formula prohibiciones y/o amenazas de forma abierta o encubierta
- Rompe las redes afectivas de ella. Provoca el aislamiento
- Fomenta la culpabilidad en la pareja intentando justificar así su comportamiento violento
- En nombre del amor, impone sus criterios y sus reglas con total contundencia
- No escucha a la pareja, no le interesa su opinión. Su conversación es un monólogo. Igualmente, puede practicar prolongados e inexplicables silencios
- Acusa repentinos cambios de humor: Pasa de un momento a otro de ser un miserable dañino y perverso a unas exageradas demostraciones de afecto
- Manifiesta un falso arrepentimiento de su conducta cuando percibe que la víctima se le "escapa" o bien, amenaza con frecuencia si no se cumplen sus deseos (pasa rápidamente del arrepentimiento a la amenaza)
- Impone su voluntad en el terreno sexual
- Adopta el papel de víctima, invierte los hechos como estrategia defensiva
- No acepta acabar con la relación
- Puede mantener la violencia después del cese de la relación.