Cuando el maltratador percibe la independencia, la
libertad de su pareja como excesiva e insoportable o lo que es lo mismo, un
cuestionamiento de su autoridad, de su omnipotencia, de su poder, manifiesta su
violencia. Emplea la violencia porque es lo único que compensa su propia
incapacidad, su propio miedo, su temor, su falta de compromiso para saber vivir
de otra manera, natural, libre, con responsabilidad
y capacidad de amar.
“Crear vida requiere ciertas cualidades de que carece el
individuo impotente. Destruir vida requiere solo una cualidad: el uso de la
fuerza. El individuo impotente, si tiene una pistola, un cuchillo o un brazo
vigoroso, puede trascender la vida destruyéndola en otros o en sí mismo. Así se venga de la vida porque esta se la
niega. La violencia compensadora es precisamente la violencia que tiene sus
raíces en la impotencia, y que la compensa.
El individuo que no puede crear,
quiere destruir…” Erich Fromm.