domingo, mayo 22, 2016

MICROMACHISMOS

Los micromachismos son esas maniobras, esas estrategias sutiles, apenas perceptibles de ejercicio del poder, de dominio masculino en la vida cotidiana, que de algún modo, atenta contra la autonomía femenina. Son las hábiles manipulaciones, las artimañas con las que los varones intentan imponer a las mujeres sus propios razonamientos, deseos e intereses personales.
Estas prácticas cotidianas, habituales y socialmente estan tan aceptadas y permitidas a los varones normales, que la propia sociedad no encuadra dentro de los llamados hombres violentos, abusadores o controladores machistas. 
Cabe indicar que generalmente este tipo de prácticas no conllevan intencionalidad, mala voluntad o intención perniciosa, sino que se trata más bien de una disposición mental, una actitud llevada a cabo con naturalidad como hábito de acción/reacción frente a mujeres como forma de autoreafirmarse. En cambio otras veces si son conscientes. 
En cualquier caso, todo ello forma parte del grupo de habilidades masculinas desarrolladas para procurarse un lugar preferente de control y dominio que continúe reafirmando los lugares que la cultura tradicional tiene reservado a mujeres y a hombres.
Los micromachismos, tal como se ve a simple vista, nada tiene que  ver con la violencia hacia la mujer en cualquiera de sus formas, pero no hay que olvidar que a la larga tiene los mismos objetivos, los mismos efectos: garantizar el control/dominio sobre la mujer y perpetuar la injusta distribución de derechos y oportunidades.

Veamos algunos ejemplos de MICROMACHISMOS
1)       “Ganar por cansancio”, consiste en obtener lo que se quiere, por agotamiento de la mujer en mantener su propia opinión, que al final acepta lo impuesto a cambio de un poco de paz.
2)       Gran cantidad de maniobras son utilizadas por el hombre para monopolizar el uso o las decisiones sobre el dinero, limitando el acceso de la mujer a él o dando por descontado que el hombre tiene más derecho a ello.
3)       La negación del valor económico que supone el trabajo doméstico y la crianza y el cuidado de las niñas y los niños.
4)       Tomar decisiones sin consultar, ocupar espacios comunes, opinar sin que se lo pidan, monopolizar, etcétera.
5)       Uso expansivo del espacio físico: en el ámbito hogareño, el hombre invade con sus cosas toda la casa, utiliza los ambientes, impidiendo el uso de ese espacio común, monopoliza el televisor y/o el mando a distancia entre otras maniobras.
6)       Pedir, fomentar o crear condiciones para que la mujer priorice sus conductas de cuidado incondicional (sobre todo hacia el mismo hombre), promover que ella no tenga en cuenta su propio desarrollo laboral.
7)       Comportamientos de “aniñamiento tiránico” que utilizan los hombres cuando enferman, así como la exigencia (generalmente no verbal) de ocuparse de la familia de él, sus amigos, y los animales que tengan en casa.
8)       Culpar a la mujer de cualquier disfunción familiar (con la consiguiente inocentización del hombre)
9)       Se aprovechan de la dependencia afectiva de la mujer y su necesidad de aprobación para promover en ella dudas sobre sí misma, sentimientos negativos y, por lo tanto, más dependencia.
10)     Peleas y discusiones con terceros con los que la mujer tiene vínculos efectivos (parientes, amistades) a través del relato de historias sesgadas, secretos, etcétera.
11)     Descalificación de cualquier transgresión del rol tradicional de las mujeres.
12)     Redefinición como negativas, de cualidades o cambios positivos de la mujer.
13)     Hacerse el tonto: se apela a la inconsciencia (“No me di cuenta”), a las dificultades de los varones (“Quiero cambiar, pero me cuesta”), a las obligaciones laborales (“No tengo tiempo para ocuparme de los niños”), a la torpeza, a la parálisis de la voluntad (“No pude controlarme”).
14)     Encerrarse en sí mismo, no contestar, no preguntar, no escuchar, hablar por hablar sin comprometerse, etcétera.
15)     Maniobras consistentes en hacer regalos, prometer ser un buen hombre, ponerse seductor y atento, hacer cambios superficiales, sobre todo frente a amenazas de separación. Se realizan modificaciones puntuales que implican ceder posiciones provisoriamente por conveniencia.
  
  Fuente: Bosch, Esperanza y Ferrer, Victoria A. “La voz de las invisibles: las víctimas de un mal amor que mata” (2002) Edita Cátedra. Páginas 26- 30

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