Los micromachismos
son esas maniobras, esas estrategias sutiles, apenas perceptibles de ejercicio
del poder, de dominio masculino en la vida cotidiana, que de algún modo, atenta
contra la autonomía femenina. Son las hábiles manipulaciones, las artimañas con
las que los varones intentan imponer a las mujeres sus propios razonamientos,
deseos e intereses personales.
Estas
prácticas cotidianas, habituales y socialmente estan tan aceptadas y permitidas a los varones
normales, que la propia sociedad no encuadra dentro de los llamados hombres violentos,
abusadores o controladores machistas.
Cabe indicar que generalmente este tipo de prácticas no conllevan intencionalidad, mala voluntad o intención perniciosa, sino que se trata más bien de una disposición mental, una actitud llevada a cabo con naturalidad como hábito de acción/reacción frente a mujeres como forma de autoreafirmarse. En cambio otras veces si son conscientes.
En cualquier caso, todo ello forma parte del grupo de habilidades masculinas desarrolladas para procurarse un lugar preferente de control y dominio que continúe reafirmando los lugares que la cultura tradicional tiene reservado a mujeres y a hombres.
Cabe indicar que generalmente este tipo de prácticas no conllevan intencionalidad, mala voluntad o intención perniciosa, sino que se trata más bien de una disposición mental, una actitud llevada a cabo con naturalidad como hábito de acción/reacción frente a mujeres como forma de autoreafirmarse. En cambio otras veces si son conscientes.
En cualquier caso, todo ello forma parte del grupo de habilidades masculinas desarrolladas para procurarse un lugar preferente de control y dominio que continúe reafirmando los lugares que la cultura tradicional tiene reservado a mujeres y a hombres.
Los
micromachismos, tal como se ve a simple vista, nada tiene que ver con la violencia hacia la mujer en
cualquiera de sus formas, pero no hay que olvidar que a la larga tiene los mismos
objetivos, los mismos efectos: garantizar el control/dominio sobre la mujer y
perpetuar la injusta distribución de derechos y oportunidades.
Veamos algunos ejemplos de MICROMACHISMOS
1) “Ganar por cansancio”, consiste en
obtener lo que se quiere, por agotamiento de la mujer en mantener su propia
opinión, que al final acepta lo impuesto a cambio de un poco de paz.
2) Gran cantidad de maniobras son utilizadas
por el hombre para monopolizar el uso o las decisiones sobre el dinero,
limitando el acceso de la mujer a él o dando por descontado que el hombre tiene
más derecho a ello.
3) La negación del valor económico que
supone el trabajo doméstico y la crianza y el cuidado de las niñas y los niños.
4) Tomar decisiones sin consultar, ocupar
espacios comunes, opinar sin que se lo pidan, monopolizar, etcétera.
5) Uso expansivo del espacio físico: en el
ámbito hogareño, el hombre invade con sus cosas toda la casa, utiliza los
ambientes, impidiendo el uso de ese espacio común, monopoliza el televisor y/o
el mando a distancia entre otras maniobras.
6) Pedir, fomentar o crear condiciones para
que la mujer priorice sus conductas de cuidado incondicional (sobre todo hacia
el mismo hombre), promover que ella no tenga en cuenta su propio desarrollo
laboral.
7) Comportamientos de “aniñamiento tiránico”
que utilizan los hombres cuando enferman, así como la exigencia (generalmente
no verbal) de ocuparse de la familia de él, sus amigos, y los animales que
tengan en casa.
8) Culpar a la mujer de cualquier disfunción
familiar (con la consiguiente inocentización del hombre)
9) Se aprovechan de la dependencia afectiva
de la mujer y su necesidad de aprobación para promover en ella dudas sobre sí
misma, sentimientos negativos y, por lo tanto, más dependencia.
10) Peleas y discusiones con terceros con los
que la mujer tiene vínculos efectivos (parientes, amistades) a través del relato
de historias sesgadas, secretos, etcétera.
11) Descalificación de cualquier transgresión
del rol tradicional de las mujeres.
12) Redefinición como negativas, de cualidades
o cambios positivos de la mujer.
13) Hacerse el tonto: se apela a la
inconsciencia (“No me di cuenta”), a las dificultades de los varones (“Quiero
cambiar, pero me cuesta”), a las obligaciones laborales (“No tengo tiempo para
ocuparme de los niños”), a la torpeza, a la parálisis de la voluntad (“No pude
controlarme”).
14) Encerrarse en sí mismo, no contestar, no
preguntar, no escuchar, hablar por hablar sin comprometerse, etcétera.
15) Maniobras consistentes en hacer regalos,
prometer ser un buen hombre, ponerse seductor y atento, hacer cambios
superficiales, sobre todo frente a amenazas de separación. Se realizan
modificaciones puntuales que implican ceder posiciones provisoriamente por
conveniencia.
Fuente: Bosch, Esperanza y Ferrer, Victoria A. “La voz de las invisibles: las víctimas de un mal amor que mata” (2002) Edita Cátedra. Páginas 26- 30