miércoles, octubre 12, 2011

LOS MALOS TRATOS Y LAS FALSAS CREENCIAS

  • “Un hombre no maltrata porque sí; ella también habrá hecho algo para provocarle”
Esta creencia es una de las más arraigadas y viene a afirmar que la mujer es la responsable directa del comportamiento violento del hombre sobre ella. Se piensa que tanto ella como él, se agreden mutuamente, la mujer de forma verbal y el hombre físicamente, siendo entonces la única diferencia la forma de ejercer la violencia, pero que en realidad ambos son agresores, ambos son víctimas.
Tenemos aquí pues, una justificación, una explicación al comportamiento violento del hombre.
La realidad afirma todo lo contrario. La mujer maltratada reprime su rabia e intenta evitar las agresiones adoptando comportamientos totalmente pasivos como el de someterse a los deseos del hombre, darle la razón y no cuestionarle como medida para evitar más reacciones violentas.
  • “Si una mujer es maltratada continuamente, la culpa es suya por seguir conviviendo con ese hombre… lo que tiene que hacer es separarse”
Otra falsa creencia que responsabiliza a la mujer de la situación de malos tratos. Las razones por las que una mujer maltratada decide seguir conviviendo con su agresor son múltiples y complejas y es fundamental, por tanto, conocerlas para no caer en la actitud de culpar a la víctima. Relacionamos algunas de las razones por las que la víctima se mantiene en este tipo de relación:
Porque cree que en realidad su pareja no quiere hacerle daño, que en el fondo la quiere y que si la maltrata es sólo porque tiene problemas que ella debe ayudar a solventar.
Porque cree que su pareja cambiará. Es muy frecuente que el agresor después de una agresión se sienta arrepentido y le jure que no volverá a hacerlo.
Porque cree que es ella la responsable del maltrato, ella la que lo incita con su comportamiento inadecuado y provocador, que si se porta bien y obedece, él no la maltratará.
Porque cree que si se separan ni ella ni sus hijos/as podrán sobrevivir económicamente y además quedarán psicológicamente afectados/as.
Porque siente un miedo visceral a que su pareja la agreda gravemente o incluso la mate si se separa.
Porque siente vergüenza a hacer pública una situación de maltrato debido al mito de que esto solo le ocurre a determinado tipo de mujeres.
  • “Si se tienen hijas o hijos es conveniente mantener la situación de maltrato por el bien de las niñas y los niños"
Ser testigos de violencia dentro del hogar siempre tiene consecuencias graves sobre el bienestar emocional y la personalidad de niños y niñas.
Es probable que estas niñas y niños reproduzcan esta misma situación cuando establezcan relaciones de pareja en la edad adulta ya que aprenden que la violencia es un medio legítimo para la solución de conflictos.
Ante una relación de pareja donde el ambiente sea violento, la opción más responsable hacia el bienestar de los niños/as es apartarlos. Del mismo modo, hay que tener en cuenta que alrededor de la mitad de los hombres que maltratan a sus parejas, maltratan también física o psicológicamente a sus hijos y de manera especial a las hijas.
  • A las mujeres maltratadas les gusta que les peguen, de lo contrario, no permanecerían en una relación violenta”
Hay un elemento fundamental que paraliza la decisión de abandonar una relación violenta y es el miedo, además de los sentimientos de indefensión, la soledad, la falta de apoyo, que establecen causas como la escasez de estrategias de afrontamiento, dependencia emocional y/o económica, temor a represalias, frecuencia, duración y severidad del maltrato, influencia de las creencias religiosas, interiorización del rol femenino tradicional, déficit de autoestima, etc. En definitiva, hay una amplia combinación de razones psicológicas, económicas, sociales y legales para soportar una relación violenta.
  • "Los hombres que maltratan lo hacen porque tienen problemas con el alcohol u otras drogas"
Esta aseveración es absolutamente incierta. No es más que la pobre justificación de muchos maltratadores, que de esa forma tratan de eludir la responsabilidad de sus actos.
El maltrato, nada tiene que ver ni con el alcohol ni con las drogas. Ya ha quedado suficientemente de manifiesto que ni todos adictos maltratan a sus parejas, ni todos los maltratadores son adictos a alguna sustancia.
  • "Los hombres que agreden a sus parejas están locos"
Falso. La locura, por definición, conlleva no tener contacto o no percibir la realidad, no darse cuenta de lo que se hace, y este no es el caso de estas personas. Es bajísimo el porcentaje de hombres que maltratan a sus parejas y que presentan graves trastornos psicopatológicos. Sin duda una persona que, para autoafirmarse, necesita maltratar a otras tiene dificultades para canalizar su malestar y su frustración, pero esto no significa que no sea responsable de sus actos.
  • "Los hombres que agreden a sus parejas son violentos por naturaleza"
Los hombres que maltratan a sus parejas no tienen por qué ser violentos con otras personas. Incluso cabe destacar que en el resto de sus relaciones sociales la mayoría, suelen ser amables y respetuosos, dándose el caso de mostrarse ante los demás, como un auténtico caballero, dulce y sensible. Por lo tanto, queda claro que la cuestión no es que no puedan controlar su ira, sino que optan por descargarla agrediendo a la persona sobre las que se siente con derecho a actuar así.
Todas las personas, en ciertos momentos, sentimos rabia y frustración en nuestras relaciones con los demás, sin embargo, nuestros valores, la educación y el respeto nos conduce a canalizar y enfocar ese malestar sin tener que llegar a dañar a nadie.
  • "Los hombres que abusan de sus parejas, también fueron maltratados en su infancia"
No necesariamente ha de darse esta relación causa-efecto aunque se ha tratado de justificar el llamado maltrato generacional. Ni todos los hombres que maltratan a sus parejas han sido testigos de violencia en su familia de origen, ni todos los que han sido testigos de violencia la reproducen en su pareja. Un testigo de violencia en su familia de origen puede ser igualmente maltratador o víctima, dependiendo de cómo haya interiorizado la situación vivida.
  • "La violencia hacia la pareja es una pérdida momentánea de control".
Absolutamente falso. Estas agresiones no son consecuencia de una explosión de ira incontrolable, sino que son actos premeditados que buscan descargar la tensión y sentirse poderosos dominando a otra persona que considera inferior. Además, las agresiones en la pareja no son aisladas, sino hechos repetidos y cíclicos.
  • "La violencia de género no es para tanto. Son casos muy aislados. Lo que pasa es que salen en la prensa y eso hace que parezca que pasa mucho" “Cuanta más publicidad se den a estas cosas, peor”
Esta aseveración es otro intento de minimizar la realidad. Los casos que aparecen en los medios de comunicación e incluso las denuncias que se presentan, sólo suponen una pequeña parte de la realidad.
  • "Lo que ocurre dentro de una pareja es cosa de ellos; nadie tiene derecho a meterse"
Afortunadamente ha dejado de ser un asunto privado para convertirse en un delito contra la libertad y la seguridad de las personas. Y los delitos jamás son cuestiones privadas, y menos aún, cuando las víctimas no pueden defenderse.
  • "La violencia contra la mujer sólo ocurre en familias sin educación o que tienen pocos recursos económicos o viven en ambientes marginales”
No es cierto. Es un fenómeno que se da en todas las esferas socioeconómicas. La diferencia estriba fundamentalmente en el tipo de violencia que se ejerce así como en las soluciones que se dan a cada situación. Es evidente, que la esposa/compañera de un hombre con una vida pública prestigiosa se sienta muy presionada a ocultar la violencia doméstica y no la solucione acudiendo a los servicios sociales comunitarios.
  • “A algunas mujeres les gusta ser golpeadas. Ellas lo piden. Ellas lo merecen. Algunas mujeres van de abusador a abusador, entonces ellas están haciendo algo mal”
Nadie merece ser abusado ni abusada. Todas y todos tienen derecho a una vida libre de violencia. Nadie querría tener una pareja abusiva. Mujeres quienes han tenido más de un abusador a menudo serán culpadas por la violencia- "debe ser algo sobre ella" o ella se culpará a sí misma -"yo siempre escojo abusadores."
En realidad, el abusador usa la táctica de encanto temprano en la relación para encontrar que ella fue abusada en el pasado. Él usa esta información para que ella tenga la culpa, "parece que es algo que estás haciendo malo, o no habría dos de nosotros" o para acallarla a ella- "No vas a decir nada a nadie, porque si dices algo nunca van a creerte porque dijiste eso antes."

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