¡Perdoná que me entrometa,
en las cosas de tu vida;
pero veo tus heridas,
y no lo puedo creer;
quien golpéa a una mujer,
demuestra su cobardía.
Quien dijo, que te quería;
Que eras toda su pasión;
De pronto es un terror,
Allí, metido en tu vida;
Y tú?... en la pesadilla,
Sin que te den protección.
Tú, que creías al amor,
Como la etapa más pura;
Caés en la cuenta cruda
Que una béstia te apresó;
Ese abuso y vil ladrón,
Que hace tu vida oscura.
Tú, que llevas la blancura,
De tu alma enamorada;
De pronto no tienes nada,
Sino golpes y dolor;
Mientras marchita la flor,
Del jardín de tu alborada.
¿Llegará el momento, hermana,
Que las leyes te protejan?...
¿Llegará una vez tu queja,
A la instancia apropiada?...
Mucho te deben tus patrias,
Y veo que no hacen nada.-
Autor: Emilio Pablo