sábado, enero 31, 2015

DECLARACION DE INTENCIONES DE UNA MUJER

LA MUJER MAS IMPORTANTE DE MI VIDA
Soy mujer, una mujer de mi tiempo. Y estoy orgullosa de serlo. Represento, junto con las otras mujeres, la mitad de los seres humanos, la mitad de las personas que habitan este planeta. Por tanto, tengo la responsabilidad de velar por el bienestar y el reconocimiento del feminismo como ideología de igualdad,  porque ello forma parte de la justicia social.
Quiero, en primer lugar, dejar constancia de mi agradecimiento a todas aquellas mujeres que, desde un ilustre sillón o desde un humilde anonimato, han trabajado, han luchado para que hoy todas podamos disfrutar de este presente de progreso, de libertad y de igualdad.
No obstante lo anterior, aún quedan muchos caminos que recorrer. Por ello, asumo el reto de colaborar en la medida de mis posibilidades a la consecución de una sociedad más igualitaria, más justa y mejor. Ese es mi deber para conmigo misma y mi compromiso para con el resto de las mujeres.
Reconozco, aprecio, admiro y respeto la figura del hombre en nuestra sociedad, como esa mitad de la población que representa. Admito la diferencia que nos separa, aspecto este que ni envidio, ni trato de imitar y/o superar, en ningún caso. Y acepto con respeto las diferencias sin que tenga que haber espacios neutros que justifiquen desigualdades.
Las mujeres de nuestros días tenemos a nuestro alcance muchos medios para promocionarnos y desarrollarnos como personas adultas, maduras y responsables, sin necesidad de recurrir a locuras, o extravagancias, ni por supuesto de falsos protagonismos.
Seguiré desarrollando la inquietud por aprender nuevas cosas, por ampliar mis aptitudes naturales y mis cualidades innatas, así como la ilusión por mejorar cada día y ser productiva tanto para mi propio desarrollo personal como para mi familia, engrandeciendo así a la sociedad a la que pertenezco...
Igualmente, me comprometo a seguir luchando por conseguir las metas y los objetivos que me proponga con el fin de potenciar la digna identidad, sin miedo, sin complejos, porque sé que no hay nada más reconfortante que sentirse útil y poder valerse por una misma.
Del mismo modo, me comprometo a salir a la vida y elegir por mí misma el camino a recorrer. Y en aras a obtener una mejor consideración y estima social, que mi actuación se traduzca en dignidad y respeto, para mí y por todas las demás mujeres y ser así valoradas como nos corresponde. Me comprometo a no abandonarme a la monotonía y a la rutina de una vida gris, anodina y mediocre, ni perder las ilusiones que aporten a mi vida entusiasmo y alegría.
Finalmente, prometo ser generosa, salir a la luz, hacerme visible para los demás y las demás, pero especialmente hacerme visible y generosa a mí misma. Reconocer mis errores sin llegar, en ningún caso, a torturarme por ello y siempre con el propósito de mejorar. Pero también, reconocer mis cualidades y mis facultades y saber felicitarme por ello cuando sea menester, sin llegar nunca a la chabacana ostentación ni a la fanfarronería. Reconocerme y respetarme como lo que soy: lo más importante de mi vida.
Prometo también dedicarme más tiempo, para disfrutar de lo que me gusta, a todas aquellas actividades que me proporcionen una nueva dimensión personal y social.
Y cada amanecer, me dedicaré la primera sonrisa del día, mientras que con un cariñoso impulso me diré aquello de... ¡¡¡ANIMO, mira de frente al mundo con tus gafas de color violeta!!!
                                                                                          C.M.                                                 

                                                                                              

lunes, enero 26, 2015

MACHISMO

Siempre tuve la sensación de que hombres y mujeres venían ya de nacimiento con su etiqueta, con su denominación de origen, solo que a alguno y a alguna se le había caído la etiqueta y no se sabia muy bien lo que eran.... Y que por supuesto, los padres se dedicaban a trabajar (porque trabajar era cosa de hombres) y las madres a las labores domésticas (eso era cosa femenina y de mujeres) a educar, a TRANSMITIR esos "buenos valores" como Dios manda, que hacen al hombre mas hombre y a la mujer mas mujer. 
Y la que se salía de esos railes era una transgresora que lo podía pagarlo socialmente, muy caro.
Han tenido que pasar muchos años -y muchas experiencias- para comprender que la correa de transmisión de educación, valores y conductas ha sido, generalmente, la mujer, por lo tanto la responsabilidad y la "culpa" es de ella.
Por tanto tenemos a una mujer víctima del machismo generacional perpetuado a lo largo de siglos, victima de desigualdades.... pero que a la vez es "responsable y culpable" de la trasmisión de ese machismo y de esa desigualdad.
Como se puede ser a la vez víctima y culpable??????
Pero es que en un sistema tradicionalmente patriarcal y machista no podía ser de otra manera... Eso forma parte del entramado, es parte del juego de la perpetuación del machismo y es por lo que tenemos que luchar.


Una mujer no puede ser más machista que un hombre. En todo caso será la hija víctima de una sociedad patriarcal interesada en
 mantener y perpetuar sus roles en el tiempo.

                                                                                               
                                                                                                                                               

DE VÍCTIMA A SUPERVIVIENTE

El día en que por fin, tomas la decisión, firme, de alejarte del maltratador, ese día dejas de ser una víctima para convertirte en una superviviente.
Mas siempre he dicho que  el maltrato no termina con la mera separación  física del agresor, ni con la denuncia, ni  con la orden de alejamiento, ni con todas esas recomendaciones que te dan  los “expertos”  y las  “expertas” y toda persona que no tienen ni idea de qué va esto.  Como corresponde a las grandes catástrofe,  (y el maltrato lo es) la onda expansiva  es  igualmente, devastadora.  
Conozco el maremágnum en que se convierte la cabeza de una en estas circunstancias. Es como si fuera un disco duro  de ordenador, totalmente  lleno, ocupado, enmarañado y con un montón de virus, que habría que formatear. Con ideas que van y vienen  y se superponen, a velocidad de vértigo…  con todo un universo de dudas, temores de todo tipo.... y mucha, mucha culpabilidad. Con una tristeza que  es muchísimo mas grande que tu. 
Porque lo que has vivido  se llama maltrato. Por tanto, no puedes sentirte de otra manera. Se ha atentado contra todos tus  sentimientos, se ha apaleado  grave y reiteradamente tu mundo emocional,  ha conseguido que se tambaleen los pilares de tu propia existencia… Se te ha puesto muchas veces al límite… Has vivido miles de explosiones internas y ahora estas  extremadamente sensible.  
Es como si todo te afectara, todo te emocionara, como si todo te superara. Y  es que todo ese  maremágnum  tiene que sedimentar, asentarse en tu mente,  hasta que llegue, con el paso del tiempo, el equilibrio a tu vida.
Y mientras tu luchas por vivir, vendrán días de retroceso, de arrepentimiento, días de lágrimas, ansiedad y desesperación. Pero  ten paciencia,  mujer, que también existen bellos amaneceres en que  podrás apreciar el azul claro de un nuevo día y el dorado brillante del sol.  Y vendrán sin duda días de risas y libertad.
Date tiempo, mujer, date tregua en este difícil proceso de superación que estas viviendo. No te tortures más, se generosa,  indulgente  y cariñosa contigo misma. Acepta tu realidad con inteligencia y sabiduría y aprende  de lo que estás viviendo. Dosifica tus energías y no las malgastes pensando en quien no merece tus pensamientos. 
Ahora, el centro de tu vida eres tú. No te enfrentes a ti misma, acéptate tal como eres y lucha siempre a tu favor.
Y no dudes más de ti porque la razón y la verdad están de tu parte. La justicia está de tu parte. La naturaleza está de tu parte… La vida entera está de tu parte.
Aleja de ti todo  pensamiento que te  provoque malestar. Suelta la culpa y deja que el viento se la lleve. Suelta el  pesado lastre  de las cargas innecesarias,  suelta todas las amarras, porque ya no eres  una víctima. 
Ahora eres una superviviente.
Y el mérito  de ser superviviente es exclusivamente tuyo. Tú has tenido la voluntad y la intención. Tú has puesto el empeño, la valentía, la  fuerza, el coraje para  poner fin, para romper esta cadena interminable de dolor.
Eres una superviviente porque has quedado por encima de todas las trabas, de todos  los obstáculos, has vencido a la mente perversa, a la mano traidora, has sobrevivido al zarpazo canalla del maltrato.
Eres superviviente, porque por encima de todo,  te has propuesto VIVIR.
                                                                                          C.M.



                                                                 

jueves, enero 08, 2015

IDENTIFICAR A UNA MUJER MALTRATADA

Una mujer víctima,  normalmente guarda silencio acerca de su situación. El miedo, la vergüenza, la culpa por lo que está viviendo le impiden hablar abiertamente, la tiene como paralizada. Es posible que tengas alguna víctima mucho más cerca de lo que crees, pero nadie lleva el maltrato escrito en la frente, sino que es algo que ocurre tras las puertas del hogar. Y como diría el profesor Lorente Acosta, “las puertas de casa siempre abren para dentro”
Por otro lado, tampoco podemos buscar perfiles. No existen. Si fuera así, la solución sería muchísimo más fácil. Pero sí vamos a detallar aquí una serie de rasgos conductuales, de "señales" que pueden ayudarnos a identificar a esa mujer que soporta, en silencio, la penosa y durísima carga del maltrato de su pareja. 
Veamos:

  • Le tiene miedo a su pareja. Es algo que no dice expresamente, pero lo demuestra con sus actos
  • Se pone muy nerviosa si prevé que no va a estar en casa cuando él llegue
  • Está aislada, sola, lejos y desconectada de familiares y amigos
  • No dispone de los recursos (por ejemplo, dinero para compras básicas)
  • Sufre de afecciones relacionadas con el estrés (dolores de cabeza, y de espalda, insomnio, problemas de estómago, afecciones cutáneas, etc.) No hace ciertas cosas que son su derecho en presencia de su pareja
  • Padece ansiedad o depresión y toma medicamentos para combatirlo
  • Consume alcohol o drogas en exceso. (Legal o ilegal)
  • Llega a dudar de su propio equilibrio emocional y se culpa continuamente por los problemas familiares
  •  Nunca toma decisiones en el ámbito familiar, ni en el personal
  •  Ignora sus propias necesidades -incluso las más fundamentales- e incluso la de sus hijos e hijas, en favor de su pareja.
  •  Siempre está alerta y temerosa y jamás va en contra de la opinión de su pareja por temor a enfadarle
  • Carece totalmente de libertad de expresión y actuación
  • Está siempre bajo sospecha tanto para el agresor como para la propia sociedad
  •  Es tratada como víctima y al mismo tiempo, como culpable
  • Alguna vez ha intentado suicidarse.

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