sábado, diciembre 25, 2010

ENTREVISTA CON EL PROFESOR LORENTE ACOSTA

LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES. ENTREVISTA CON EL PROFESOR LORENTE ACOSTA


En el marco del I Congreso para el Estudio de la Violencia contra las Mujeres, celebrado los días 29 y 30 de noviembre en Sevilla, y coincidiendo con la concesión a la Fundación del distintivo “Igualdad en la Empresa”, entrevistamos a Miguel Lorente, un médico forense que hace años decidió profundizar y trabajar para la eliminación de la violencia de género. Hoy, mira al futuro con esperanza, aunque incide en la importancia de la implicación social para la eliminación de la desigualdad y, por ende, de la violencia hacia las mujeres



Fundación: ¿Qué le hizo adentrarse en esta temática? y ¿qué le motiva a seguir en ella?

M.L: Todo empezó como médico forense, cuando en el ejercicio de mi profesión comencé a ver a mujeres maltratadas que acudían a las consultas con lesiones mucho más graves que las que podía ver en otras ocasiones y, sin embargo, su actitud me llamaba mucho la atención porque, en lugar de culpar, reprochar o pedir responsabilidades al agresor, tenían una actitud avergonzada y llena de dudas; lo primero que hacían era hablar bien de él y disculparlo…

Entonces te comienzas a plantear qué hay detrás de todo esto y por qué se producen estas actitudes en los casos de violencia hacia las mujeres. Fue a partir de entonces cuando empecé a estudiar y profundizar sobre este tema y a darme cuenta de que el problema no estaba en las circunstancias personales sino en el contexto social.

En cuanto a las motivaciones que me hacen seguir, es sobre todo el que continuemos en una sociedad marcada por la desigualdad, que aprovechan los violentos para ejercer la violencia hacia las mujeres.

Fundación: Este año, sin haber finalizado aún, se han producido más muertes violentas que en 2009. ¿Qué cree que falla o falta, recursos, medidas legales o un poco de todo?

M.L: Falta un poco de todo, y es que la solución no está en actuar sobre determinados factores sino en que se produzca un cambio social y un cambio de mentalidad. Tenemos que detectar dónde están los problemas para intentar solventarlos a través de distintos instrumentos. Tenemos que seguir con la concienciación, con los recursos para que las mujeres tengan cada vez más confianza en la denuncia, para que cuando denuncien tengan mejor respuesta…

Lo que es una realidad es que en nuestro país existe aún mucha desigualdad, y esa desigualdad tiene que ser convertida para desaparezca la violencia.

Fundación: ¿Hasta qué punto cree que el varón de a pie se siente o no responsable de esta lacra social?

M.L: Se ve poco implicado. La mayoría de los hombres, un 70%, están en una posición neutral, esto significa que reaccionan de una manera crítica hacia la violencia de género cuando se produce una agresión grave, pero eso no es suficiente. Debe existir una actitud proactiva, en el sentido de que ellos deben verse como parte del problema pero, también, como parte de la solución. El no verse como tal contribuye a la pasividad social y a que muchos maltratadores utilicen a los hombres no violentos para camuflarse entre ellos. Por lo tanto, podemos decir que los hombres tenemos una doble responsabilidad, por una parte ser partícipes de una respuesta social y por otra, evitar que los maltratadores nos utilicen.

Fundación: ¿Podría mostrarnos su opinión acerca de los mitos y prejuicios que aún giran entorno a la violencia de género? En primer lugar: ‘Las mujeres también maltratan’.

M.L: Aunque hay mujeres que también ejercen violencia contra los hombres, esto no debe servir en ningún momento para justificar la violencia que los hombres ejercen contra ellas y que ha estado amparada muchos años por la sociedad. Esta forma de argumentar, con elementos que persiguen desvirtuar la realidad de la violencia de género, persigue criticar y desgastar los avances que se hacen en contra de la violencia.

Fundación: Segundo: ‘Los maltratadores son enfermos’ (alcohólicos, drogadictos o enfermos psicológicos).

M.L: Éste es un mito más de los que envuelven la violencia de género. Hay un porcentaje muy alto de la población que piensa que la violencia de género se debe a problemas conductuales, psicológicos o que todo es fruto del alcoholismo o la drogadicción, pero sabemos que no es así.

Esto se debe a que durante muchos años la sociedad ha negado la violencia de género, la ha ocultado y la ha hecho inexistente. Cuando finalmente ha trascendido, porque se han visto resultados como el homicidio o agresiones graves, hemos tenido que reconocer lo que es una realidad objetiva; pero, para no aceptar que es un problema general de la sociedad basado en la desigualdad, muchas personas se basan en argumentos fáciles que no hacen más que justificar al maltratador.

Fundación: Y tercero: ‘Denuncias falsas’

M.L: Cumple el doble objetivo de, por una parte, negar la realidad, dar a entender que está magnificada por las mujeres, y además lo hace de forma que termina responsabilizando de una falta de moral y ética a las mujeres, de manera que juegan con el mito de ‘la Eva perversa’, que defiende que el género femenino es perverso por naturaleza, que las mujeres intentan sacar el máximo partido de todas las situaciones, hasta el punto de falsear denuncias para perjudicar al hombre. Responde perfectamente al mito que hay aún en la sociedad de que la mujer es mala y perversa.

Fundación: A nivel europeo, ¿puede adelantarnos qué políticas se prevé implantar?

M.L: A nivel europeo estamos en una situación bastante buena porque España, durante su presidencia, hizo una serie de propuestas muy positivas, que finalmente fueron aprobadas todas en el Consejo de Ministros del 8 de marzo y que han permitido que se organice una Estrategia Europea en contra de la Violencia de Género.

Por primera vez hay un marco común en todos los países de la UE que va a facilitar la coordinación y la homogenización de las políticas en cuanto a la forma de combatir la violencia de género dentro y fuera de la Unión Europea. Otro avance es la creación de un observatorio de la violencia para que, una vez se conozca la realidad de cada país miembro, se actúe con herramientas eficaces para combatirla.

Fundación: Para finalizar, nos gustaría que enviara un mensaje esperanzador.

M.L: Debemos tener una actitud de total esperanza en este asunto. Tenemos por delante un camino difícil pero es, sin duda, más complicado permanecer en la violencia. Aunque es una situación que puede suponer algún prejuicio, frustración o desilusión para las personas que trabajan en ello, poco a poco estamos mejorando. Si no rompemos con los elementos que dan lugar a la violencia de género, al final lo que estamos facilitando es que esta lacra continúe en la sociedad, que haya mujeres que sigan sufriendo y que otras empiecen a hacerlo.

Creo, personalmente, que hemos empezado la cuenta atrás de la violencia de género, que con respecto al pasado se ha adelantado mucho en este tema y que debemos mirar al futuro con esperanza, pero no esperando que las mejoras ocurran solas sino de una manera activa y participando ese cambio.

martes, diciembre 07, 2010

DEFINICIÓN DE VIOLENCIA DE GÉNERO

La  Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género, introduce por primera vez la perspectiva de género como análisis del problema social e incorpora el factor cultural como causa del fenómeno, dejando patente que la violencia de genero que contempla y que pretende combatir es una manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombre sobre las mujeres (hechos que alimentan la raíz misma de la violencia de género), ejercidas sobre estas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por una relación de afectividad aún sin convivencia.
Con posterioridad se han desarrollado diversas normas reglamentarias por parte de distintas Comunidades Autónomas donde se define el concepto de violencia de género como la situación discriminatoria manifiesta, de desigualdad y de relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres y que se ejerce sobre estas por el mero hecho de serlo. Comprende cualquier acto de violencia basado en género que tenga como consecuencia o tenga posibilidades de tener como consecuencia perjuicio o sufrimiento de la salud física, sexual o psicológica de la mujer, incluyendo amenazas de dichos actos, coerción o privaciones arbitrarias de su libertad tanto si se produce en la vida pública como privada.

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